Año CXXXV
 Nº 49.391
Rosario,
viernes  15 de
febrero de 2002
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Editorial
Sueldos municipales

El intendente Hermes Binner anunció que la Municipalidad deberá ajustar sus pagos de salarios a su recaudación mensual en conceptos de impuestos y transferencias de la coparticipación provincial. El jefe comunal dijo que hoy las erogaciones salariales de la comuna alcanzan casi al 83 por ciento de sus ingresos, una cifra muy superior a la habitual, poco más del 50 por ciento.
Binner fue muy claro con los números al advertir que si paga el cien por ciento de los sueldos la ciudad vería resentida seriamente las prestaciones de servicios. La prioridad del Ejecutivo municipal -en todos los tiempos, pero especialmente en épocas de crisis- es asegurar las necesidades básicas de la población. La salud pública, los servicios básicos de limpieza y recolección de residuos y la asistencia a los más necesitados no pueden ser recortados porque ello implicaría poner en peligro a toda la sociedad por no afectar a un grupo de trabajadores que apenas llega al millar, en una ciudad de un millón de habitantes.
No hay dudas de la justicia del reclamo de los empleados municipales. Deberían cobrar -como todos los asalariados del país- sus sueldos completos en las fechas establecidas, lo mismo que el aguinaldo. Pero en circunstancias excepcionales para la vida del país -quebrado y en default local e internacional- los trabajadores del municipio deberían hacer un autoexamen de conciencia y admitir que hasta ahora han sido un sector con mayores privilegios que otros, tanto en la actividad pública como en la privada.
La Municipalidad de Rosario siempre ha pagado puntualmente los salarios y aguinaldos a sus empleados quienes, además, gozan del beneficio de la estabilidad laboral, ventaja insuperable en tiempos de recesión y desempleo.
Por eso, el planteo del intendente, que estima la reducción salarial de la planta municipal en un 20 por ciento, aparece como una actitud criteriosa en medio de tamaña crisis global. Durante el año pasado, el municipio recaudaba un promedio de 21 millones de pesos mensuales y hoy esa cifra ha caído a 13,5 millones.
El Sindicato de Empleados Municipales debería liderar una negociación razonable con el municipio tendiente a superar esta dificultad presupuestaria. La dirigencia gremial debe orientar sus objetivos hacia la concertación y no hacia la confrontación. La defensa de los trabajadores y de sus fuentes de trabajo no puede agotarse en un reclamo sectorial que afecte a todos los habitantes de Rosario. Es tiempo de reflexión y entendimiento.


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