La privatización de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) prometía una rebaja en las tarifas del 30 por ciento, pero el anuncio de "no" vender que hizo el ministro de Hacienda provincial, Juan Carlos Mercier, frenó todo y los santafesinos tendrán que seguir pagando las tarifas más caras de todo el país. "La privatización no se abandonó, pero es cierto que en el contexto de incertidumbre que atraviesa el país no se va a concretar en el corto plazo porque no será fácil encontrar compradores", afirmó el subinterventor de la EPE, Sebastián Chiola. Y como si fuera poco, disparó: "Ahora es imposible reducir las tarifas porque la empresa está desequilibrada".
El gobernador Carlos Reutemann había apostado a la privatización para lograr, entre otras cosas, reducir en un 30 por ciento las tarifas. Pero ayer admitió que es imposible hoy por hoy pensar en la venta y advirtió que se teme un aumento en las tarifas de los proveedores de energía a los que les compra la EPE (ver aparte).
Aunque Chiola reconoció que se trata del servicio "más caro", aclaró: "Para los jubilados las tarifas son las mejores del país y también son competitivas para los grandes clientes. Pero el segmento que resulta castigado es el que consume más de 300 kilowats por mes".
Así, el subinterventor fue contundente al decir que "reducir ahora las tarifas sería llevar a la empresa a la desfinanciación".
Bendito déficit cero
Lo cierto es que ahora la EPE intenta instalar la política cavallista de déficit cero porque les cortaron el crédito y la morosidad aumentó notoriamente.
"Desde diciembre la empresa tiene cortadas las líneas de créditos y el Nuevo Banco de Santa Fe nos cortó también los giros en descubierto. Además, la recaudación cayó: en diciembre dejamos de percibir 6.500.000 pesos, en enero 2.500.000 pesos y en febrero estamos un 20 por ciento por debajo de lo que esperábamos cobrar", explicó Chiola, quien aseguró que "la situación es de desequilibrio porque la empresa gasta mensualmente 16 millones de pesos en compra de energía y en salarios se pagan 10 millones de pesos".
Y a eso se suma que el 60 por ciento de los insumos de la industria eléctrica son importados o tienen algún componente importado. "Esto nos lleva a suspender algunos contratos del plan de inversión que la EPE estaba llevando a cabo y renegociar otros", explicó el subinterventor.
Por eso, ahora se proponen "equilibrar la empresa racionalizando los gastos" y además elaborar "un proyecto de reorganización de la estructura de la empresa para hacerla más eficiente".
Así que tanto para concretar la venta de la empresa como para pagar tarifas más bajas de luz, habrá que armarse de paciencia.
La Ciudad
