La actuación de los jugadores argentinos dejó mucho que desear. La expectativa que había generado el planteo ofensivo de Bielsa no pudo ser cumplida en el terreno de juego debido a los bajos rendimientos de los protagonistas. Allí, Juan Román Riquelme no fue el conductor que todos imaginaban y su juego nunca fue gravitante. Sebastian Saja (5): empezó muy nervioso y después mejoró un poco. Tuvo algunos problemas en los centros cruzados. Nelson Vivas (3): tuvo muchos problemas en la marca y Carig Bellamy lo complicó permanentemente. Cuando pasó al ataque, también se equivocó. José Chamot (5): inseguro, flojo. Perdió siempre con John Hartson. A su favor estuvo la experiencia para cerrar algunas jugadas. Diego Placente (6): quizás fue lo mejor de una defensa que siempre dudó. Firme en la marca, criterioso para cerrar atrás de Chamot. Claudio Husaín (5): empezó flojito y después mejoró. Pero su rendimiento fue irregular. Juan Sebastian Verón (6): al principio le costó entrar en contacto con el balón, pero en el segundo tiempo mejoró ostensiblemente y, entre otros aportes importantes, le dio a Cruz la asistencia que derivó en el empate. Juan Pablo Sorín (5): un trabajo irregular. Alternó subidas criteriosas con otras en las que le faltó terminar bien las jugadas. Juan Román Riquelme (4): no fue el de Boca, no pidió la pelota, no se animó a crear. Demasiados no para un jugador de su calidad. Claudio Caniggia (5): en el arranque metió un par de piques interesantes. Después se desdibujó, pero nunca bajó los brazos. Julio Cruz (4): el gol y nada más. Antes y después perdió siempre con los defensores rivales y cayó varias veces en off side. Christian González (5): otro que tuvo una actuación con altibajos. Sus aportes por el sector izquierdo fueron discontinuos. Su principal deuda fue no haber llegado al fondo de la cancha para tirar centros, como le reclama Marcelo Bielsa.
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