En un intento por atemperar la aguda crisis económica por la que atraviesa la Municipalidad, el intendente Hermes Binner quiere ajustar los sueldos de los empleados a lo que recaude el municipio. Para eso piensa en dos alternativas: disminuir las horas de trabajo semanales o suspender por tres o seis meses "situaciones ventajosas logradas en épocas buenas", como el cobro de adicionales por trabajo riesgoso u horas extras. Lo concreto es que la abrupta caída en la recaudación provoca hoy que los salarios se lleven el 83 por ciento del dinero que ingresa. Y para Binner, esa situación no puede continuar, por eso quiere destinar al pago de sueldos sólo el 60% de lo recaudado. De lo que se desprende que la idea es achicar la masa salarial en un 20 por ciento.
"Si seguimos así, en marzo o abril todo lo que ingrese a la Municipalidad se destinará al pago de sueldos, por lo que nos vamos a quedar sin dinero para recolección de residuos, semáforos o insumos para los hospitales", advirtió.
Así están las cosas en la Municipalidad, desde donde aspiran a lograr un rápido consenso con el sindicato de empleados que les permita afrontar la delicada crisis económica en la que está sumergida. Y esa crisis tiene un origen muy claro: la caída en la recaudación.
"Durante el 2001 recaudábamos un promedio de 21.309.000 pesos mensuales y se destinaban al pago de sueldos 11.000.000, es decir que los salarios insumían el 52,33% de la recaudación", explicó ayer el intendente. Pero a renglón seguido, expuso los fríos números de la nueva realidad económica: "Hoy la recaudación es de 13.500.000 pesos, por lo que el pago de sueldos nos lleva el 82,60% de lo recaudado", señaló.
Ante esta situación, estimó que "hay que achicar el valor real de los salarios en función del ingreso que hoy tiene la Municipalidad. Si no lo hacemos -advirtió-, no hay posibilidades de que puedan seguir funcionando servicios básicos como los hospitales o la recolección de residuos".
"No se avanzará sin consenso"
Para producir este ajuste salarial, el intendente aspira a lograr un rápido acuerdo con el Sindicato de Empleados Municipales. No obstante, aseguró que "no se avanzará sin el consenso de los trabajadores".
Lo concreto es que los empleados se movilizarán hoy, a las 10, hasta las puertas del Palacio de los Leones. Allí podrán verse frente a frente con el intendente para analizar esta nueva propuesta para atemperar la crisis.
"Creemos que es importante que todas aquellas situaciones ventajosas que lograron los empleados en épocas buenas de la Municipalidad, ahora puedan posponerse en función de la crisis", señaló el jefe comunal.
Entre esas "situaciones ventajosas" encuadró ítems como el pago de horas extras o adicionales por trabajos riesgosos o pesados. "Estas cuestiones podemos suspenderlas por tres o seis meses", indicó.
Otra alternativa que el intendente tiene en mente para acomodar los salarios es la reducción de la jornada laboral. "Vamos a proponerles que trabajen menos horas que las 30 semanales que cumplen hoy", adelantó.
Binner quiere destinar al pago de sueldos el 60% de lo recaudado, en lugar del 82,3% que se les asigna hoy. "Si quisiéramos seguir pagando como hasta ahora, necesitaríamos recaudar 17 millones y hoy sólo ingresan 13.500.0000", explicó.
El destino de la recaudación
Todos los meses, la Municipalidad destina 1.600.000 pesos a la Secretaría de Salud, 1.000.000 a la de Promoción Social, 1.800.000 a Servicios Públicos (alumbrado, recolección de residuos y semáforos), 500.000 a Obras Públicas y otros 500.000 al funcionamiento general del municipio. A esto se suman los cerca de 11 millones que se destinan a salarios.
Para el intendente, lo que se gira al pago de servicios, hospitales y alimentos es "inamovible. Es un contexto rígido que no puede dejar de recibir dinero", explicó.
A raíz de esto, propone flexibilizar los salarios. En otras palabras, aplicar la política de déficit cero que implementó Domingo Cavallo, quien esgrimía que era fundamental "no pagar un peso más de lo que se recauda".