El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Tesoro de los Estados Unidos esbozaron ayer una señal de apoyo a la política económica que encaró el gobierno de la Argentina y manifestaron que existe "un buen comienzo para las negociaciones".
Tras el encuentro con el ministro de Economía Jorge Remes Lenicov, que ayer llegó a los Estados Unidos para negociar personalmente con los organismos de crédito, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, se manifestó "alentado" por el compromiso mostrado por el equipo económico argentino en sus reuniones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), dijo el portavoz del Tesoro, Tony Fratto.
El titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler, aseguró ayer que la reunión que mantuvo con el ministro Remes Lenicov, "fue un buen comienzo" para retomar las negociaciones sobre futuras ayudas financieras.
En un breve contacto con la prensa, el máximo responsable del organismo multilateral dijo que el encuentro con el titular de Palacio de Hacienda fue "un buen comienzo" y catalogó la conversación como "aleccionadora".
"Alentadora, aleccionadora, una buena impresión, un buen comienzo", se limitó a decir Köhler ante la requisitoria periodística, que reclamaba detalles de lo conversado durante el almuerzo que mantuvo con Remes Lenicov y con el secretario de Finanzas, Lisandro Barry, en la sede del FMI.
La visita del ministro de Economía dio sus primeros frutos ya que permitió abrir la puerta para las negociaciones con el organismo multilateral de crédito y con las autoridades monetarias de Estados Unidos.
La movida no es menor si se tiene en cuenta que la sustentabilidad del plan económico del gobierno de Eduardo Duhalde depende casi exclusivamente de una urgente asistencia financiera del FMI, fondos que le permitirán descomprimir una disparada del precio del dólar y una escalada inflacionaria en los precios del mercado interno.
"El secretario O'Neill se sintió alentado por el compromiso del ministro Remes de trabajar constructivamente con el FMI durante esta visita", dijo ayer el vocero del Tesoro norteamericano y comentó que O'Neill "expresó sus esperanzas de que el gobierno de (Eduardo) Duhalde desarrolle un plan económico sustentable".
Fratto explicó que el secretario del Tesoro urgió nuevamente a Remes "a trabajar estrechamente" con el FMI.
El puntapié inicial
En declaraciones a los medios de Estados Unidos, el ministro Remes Lenicov dijo que con este encuentro "dimos el puntapié inicial para recuperar la relación con los organismos multilaterales".
"Les explicamos, y entendieron, los problemas que atraviesa la Argentina y quieren colaborar lo antes posible", concluyó Remes Lenicov. En tanto el vocero presidencial Eduardo Amadeo explicó que "nos han dicho informalmente que este es un buen comienzo para las negociaciones" al tiempo que adelantó que hoy el Fondo Monetario dará a conocer un comunicado en el que dejará establecidos los puntos de agenda de las negociaciones para la Argentina.
Las buenas perspectivas que se abrieron tras este encuentro aportaron una cuota más de alivio a la recalentada situación de la Argentina, que anteayer sorteó airosa la primera jornada de libre flotación cambiaria.
En ese sentido, el presidente Duhalde estimó que el valor de la moneda se estabalizará en hasta 1,40 unidad por dólar tras festejar porque no se llegaron a cumplir las profecías de los analistas que esperaban una brusca devaluación del peso a partir de la inauguración del mercado libre.
Una mes de tregua
Los banqueros y analistas argentinos consideran a la ayuda financiera del FMI como una pieza clave para sostener la paz social en la Argentina y expresaron que el país podría caer en la hiperinflación si el gobierno no consigue los fondos del exterior en los próximos treinta días.
"Tienen un mes, como máximo, para conseguir la plata del FMI", dijo un alto ejecutivo de uno de los mayores bancos privados del país. "No creo que los bancos se caigan en forma inmediata, pero el estrés en el sistema financiero creará otros efectos muy fuertes".
"Quizás la recaudación caiga y el Estado no pueda pagar a los empleados públicos. Quizás la inflación se dispare, entonces se va a ver un desabastecimiento de productos médicos o gente con hambre. Quizás algunos bancos se cierren y la gente pierda sus depósitos", declaró un ejecutivo.
Muchos banqueros coincidieron en que estos problemas podrían generar una nueva ola de protestas que tumbaron a dos presidentes en diciembre.
La mayoría considera que la presidencia de Eduardo Duhalde, que asumió en enero pasado, no sobreviviría a otra serie de saqueos, como ocurrió en diciembre durante el mandato del ex presidente Fernando de la Rúa. "Me parece que la hiperinflación es una cuestión de semanas. Nadie cree que Duhalde pueda sobrevivir una cosa así. Sólo el FMI posee el dinero para evitar que eso pase", dijo una fuente cercana a los bancos argentinos.