Gustavo Postiglione y sus colaboradores se mostraban satisfechos. A poco de iniciado el trabajo ya un centenar de postulantes había pasado por el escenario, en un esfuerzo que se prolongó hasta pasada la medianoche. La inesperada cantidad de aspirantes que desde temprano formaron una cola que llegó hasta la esquina de 3 de Febrero y Sarmiento, obligó a los organizadores a hacer fluido y veloz el ingreso a la sala y el paso por el escenario, abreviando el trámite de posar ante cámaras. En los alrededores no faltaban progenitores, novios y amigas acompañantes, ni madres que accedieron a la prueba portando bebés en brazos.
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