U.G. Mauro / La Capital
Lleno absoluto en el Teatro Provincial Manuel de Lavardén, el sábado a la tarde. Pocos artistas o actos políticos obligaron alguna vez a los responsables de la sala a incorporar sillas en los pasillos de teatro de Sarmiento y Mendoza, cosa que logró el cineasta rosarino Gustavo Postiglione con su convocatoria a la primera etapa de un casting con el objetivo de encontrar a tres actrices para una serie de telefilmes. El primero de los cuales, con nombre "Delivery", comenzará a rodarse en 15 días.
El anuncio de Postiglione, con una profusa publicidad, pedía mujeres de entre 20 y 30 años "con o sin experiencia actoral" pero, en concreto, la franja etárea de las numerosas aspirantes fue mucho más amplia: incluyó desde adolescentes que difícilmente alcanzaban la mayoría de edad hasta mujeres que ya no recuerdan cuándo el almanaque marcó los 30.
"Me voy al río y cuando vuelvo, paso" pareció ser el razonamiento de muchas de las postulantes que optaron por no "producirse" mucho y mostrarse tal cual eran, bolsito playero incluido. Mezcla de experiencia, profesionalismo y por qué no desesperadas ansias por encontrar un modo de sobrevivir, trascender o simplemente demostrar existencia, llevaron a otras a apoyarse en distintos grados de producción en materia de maquillaje o vestimenta, desde lo más sobrio o elegante, hasta los más disparatados recursos para generar la atención.
Casi una veintena de personas entre camarógrafos, iluminadores, fotógrafos y asistentes integraron el equipo que colaboró con Postiglione en una labor que se extendió hasta pasada la medianoche del sábado. Las más de 700 postulantes recibían, apenas ingresaban al hall del teatro, una pequeña ficha para completar y con un número, por el que, de a tres, eran llamadas.
La selección se hizo a telón cerrado y en el centro del escenario se ubicó un logotipo inflable de reminiscencias orientales de una reconocida marca de ropa femenina.
Detrás el telón, cada joven, portando un número de orden, fue primero fotografiada con una cámara digital y luego invitada a pasar a alguno de los tres "miniestudios" montados, donde ante una cámara de TV debía identificarse y explicar brevemente cómo se había enterado de la convocatoria, cuáles eran sus aspiraciones y que pase la que sigue. Lo de "con o sin experiencia" también se cumplió al pie de la letra, ya que entre quienes aguardaban su turno para participar del casting se hallaban mayormente jovencitas enroladas en el "sin", aunque abundaban las estudiantes y actrices de teatro de distintos elencos locales. Caras de "vi luz y entré" se mezclaron con aspirantes que estrujaban nerviosamente ante las cámaras carpetas en las que portaban un currículum que nadie pidió.
La velocidad con que se desarrollaba el casting no impedía el buen humor. El actor Carlos Resta, quien será el protagonista principal de la serie de telefilmes que producirá Postiglione, ante la mirada de incomprensión de las postulantes, también se presentó a la prueba generando la risa de los colaboradores, quienes en voz baja bautizaron a la convocatoria como "la búsqueda de las Bandana de Postiglione".
El director, en diálogo con La Capital, consideró que la cita fue "una mezcla de cosas. Creo que responde a que posiblemente todas estas chicas se plantean que está todo mal y hay que salir a buscar algo, laburo o lo que sea". Postiglione dijo además que "en esto hay un imaginario que relaciona todo con la fama, lo glamoroso, con la cosa medio idílica y mágica de la TV o el cine. Es como que transformarse en actriz es, aunque alguno diga que no, un lugar en el que a todas quisieran estar".
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