La fortuita demora que tuvo la contadora del Hipermercado Norte en llegar a su trabajo ayer a la mañana impidió que un grupo de delincuentes diera el segundo gran golpe contra un importante supermercado en la ciudad en cuestión de siete días. El domingo 3 la sucursal de La Gallega ubicada en Urquiza al 1100 no tuvo la misma suerte que su competidora de Pueyrredón al 700. Al negocio del empresario Sabino Alvarez llegaron también tres hombres, dos de los cuales vestían buzos con el logotipo de La Gallega estampados en el pecho. Habían pasado pocos minutos de las 6 de la mañana. Tocaron en el portón por donde ingresan habitualmente empleados y proveedores y cuando los atendieron dijeron que eran "de la verdulería". Entonces les abrieron la puerta. A partir de ese momento, el trío se movió con un llamativo profesionalismo. Sin emplear violencia física encerraron a la media docena de empleados dentro de un baño y después se llevaron a la encargada hasta donde estaba la caja fuerte. Allí, como no pudieron conseguir la llave que abre la combinación, emplearon una amoladora que habían llevado escondida en un bolso y efectuaron un prolijo y certero corte en una de las paredes del armatoste. Finalmente se alzaron con 25 mil pesos y escaparon.
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