Tres delincuentes que habían ingresado ayer a la mañana al Hipermercado Norte de Pueyrredón al 700 con intenciones de saquear la caja fuerte tuvieron que marcharse con las manos vacías. Lo que pasó fue que ninguno de los empleados, y tampoco el personal de vigilancia que estaba en ese momento, poseían las llaves de la caja, y la contadora de la empresa, que era la encargada de abrir el tesoro, se demoraba en llegar.
El intento de robo ocurrió alrededor de las 7.30, en jurisdicción de la seccional 6ª, y posee puntos en común con el asalto perpetrado hace siete días atrás en el local de La Gallega de Urquiza al 1100, donde un grupo similar de delincuentes, y con una forma similar de actuar, se alzó con 25 mil pesos luego de abrir con una amoladora la caja fuerte del negocio. (ver aparte)
Ayer había unos seis empleados del Norte que estaban poniendo todo a punto para la apertura del comercio al público. Según contaron a La Capital fuentes policiales, todo comenzó con la llegada de tres hombres que aparecieron por el único acceso que posee el supermercado sobre calle Pueyrredón, entre Santa Fe y Córdoba. Uno de ellos, de cabello canoso, vestía el uniforme completo de la empresa de seguridad privada Segar, la misma que tiene a su cargo la vigilancia dentro de Norte.
Vestidos de panaderos
Esa firma también se ocupa de custodiar edificios y otros comercios de la ciudad y tiene su casa central en la Capital Federal. Junto con el falso custodio iban otros dos muchachos vestidos con ropa de panadero, de punta en blanco, y con el logo del supermercado estampado al frente. Una fuente de la investigación contó a este diario que de esa forma los delincuentes no tuvieron ningún problemas en ingresar al local y pasaron desapercibidos. Según trascendió, a esa hora también estaría previsto el cambio de guardia y tal vez por eso, el arribo de un nuevo custodio no llamó la atención de nadie.
Pero una vez que estuvieron dentro del local, el hombre canoso extrajo un arma de fuego y redujo al vigilador que supuestamente debía ser relevado. Después, los tres asaltantes controlaron a los seis empleados que estaban en diversos sectores del amplio salón comercial y junto al personal de seguridad todos fueron conducidos hasta una oficina donde se encuentra el tesoro de la empresa.
En ese lugar, el trío exigió la entrega de las llaves de la caja fuerte, pero ninguno de los empleados la poseía. Entonces, los delincuentes golpearon en la cara al vigilador para amedrentarlo. Al parecer fue allí cuando los delincuentes se anoticiaron de que la única persona que tenía posibilidad de liberar el dinero era la contadora de la empresa. Un vocero policial comentó que la mujer tiene un horario regular de llegada a su trabajo de lunes a sábados, pero que los domingos suele pasar por la oficina un poco más tarde.
Quizás, por ese motivo, los delincuentes hayan decidido esperar unos minutos, pero al ver que la contadora se demoraba demasiado optaron por escapar.
Así las cosas, encerraron a los empleados dentro de una de las oficinas y salieron caminando normalmente sin llamar la atención de los empleados que recién entraban. "Pasaron desapercibidos. Calcule que eran dos tipos vestidos con ropa de panadero y con el logo del supermercado, y otro más con el mismo uniforme de la empresa de vigilancia. Por eso no llamaron la atención y salieron caminando como si nada", contó un allegado a la investigación.
La Ciudad
