Bancalari pide que la causa no se vuelva "interminable"

El diputado justicialista, José María Díaz Bancalari, miembro de la comisión de Juicio Político que investiga a la Corte Suprema de Justicia, abogó ayer porque se maneje con "celeridad" dicha causa y que no se vuelva "interminable" el proceso contra los jueces.
Díaz Bancalari propició que "si hay elementos objetivos que no necesitan ninguna prueba para determinar alguna de las causales por la que se puede remover a los miembros de la Corte, avanzar en esas causas y las otras dejarlas en estudio".
En ese sentido, el legislador del PJ advirtió que "lo peor que puede ocurrir es que en el momento en que debe procederse al juzgamiento, en la Cámara de Senadores, se abra un período de prueba donde concluyamos con un juicio interminable".
"Sería insoportable para la sociedad que desde la acusación se den elementos para que esto (el juicio político) se dilate hasta el infinito", opinó Díaz Bancalari.

Responsabilidad personal
El diputado justicialista observó que "los integrantes de la Corte deben ser juzgados individualmente" ya que "la responsabilidad que cada uno tenga ante un mal desempeño es personal".
No obstante, insistió en que no se encuentra dispuesto "a propiciar una causa interminable".
El legislador justicialista también estableció que "lo que se requiere en beneficio del sistema institucional, por respeto de la división de poderes, es alejar toda sospecha de conflicto o intereses políticos en la resolución de esta cuestión".
En ese sentido, durante los últimos días se difundió la inquietud que se generó en el gobierno por la marcha del juicio contra la Corte Suprema. Precisamente, a ello se debió el reemplazo en la comisión de Juicio Político del salteño Juan Manuel Urtubey por el propio Díaz Bancalari, hombre cercano al duhaldismo.
Según trascendió durante la semana pasada, algunos de los integrantes de la Corte habrían iniciado sus trámites jubilatorios. A través de esta maniobra, los ministros del máximo tribunal de Justicia de la Nación intentarían desembocar en la renuncia al cargo como una forma de evitar someterse al juicio político.