Año CXXXV
 Nº 49.385
Rosario,
sábado  09 de
febrero de 2002
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Asaltan una pizzería del centro y desvalijan a siete clientes
Primero encargaron una pizza y luego fueron a robar. Ocurrió en Paraguay al 600

Las personas que el jueves a la noche estaban en una pizzería del microcentro rosarino nunca imaginaron que un grato momento se convertiría rápidamente en una odisea. En pocos minutos, un grupo de al menos cinco jóvenes irrumpieron en el local y después de controlar a los dueños del comercio y a los siete clientes que allí cenaban, desvalijaron a los comensales y se llevaron la recaudación del local.
Según indicó una fuente policial, cerca de las 23 del jueves unas siete personas compartían pizzas sentadas a las mesas en La Pizzaccia, en Paraguay 634. Todo transcurría con normalidad y en ese momento un muchacho entró al comercio "para encargar una pizza".
Tras ello, el joven prometió volver para buscar el pedido. Pero cuando lo hizo, poco después, regresó, acompañado por otro joven. Así, lo que parecía una venta más se convirtió en escasos segundos en un audaz atraco. Los dos intrusos se dirigieron a la caja. Allí estaba la esposa del dueño del comercio cumpliendo con su tarea de adicionista cuando uno de los supuestos clientes exhibió una pistola.
El comerciante, Mario Papini, de 30 años, junto a un empleado, observaba la escena desde la cocina y apenas pudo ver un "movimiento extraño" del asaltante cuando el maleante lo encañonó con el arma. "Quedáte tranquilo", fue lo primero que dijo el ladrón cuando ya el comerciante se había percatado de las verdaderas intenciones de los intrusos.
Entonces, con la situación controlada, sustrajeron la recaudación y obligaron a los tres a tirarse al suelo mientras los encerraban en la cocina. Mientras esto ocurría, otros tres maleantes completaron la tarea delictiva. Recorrieron todas las mesas y desvalijaron a los parroquianos. Alhajas, celulares y dinero en efectivo pasaron a engrosar el botín de los ladrones.
Antes de abandonar el lugar, los maleantes tomaron sus precauciones: a punta de pistola obligaron a introducirse en el baño a las otras víctimas del robo. Uno a uno, los clientes debieron arrojarse al suelo mientras los delincuentes los ataban las manos con cintas de embalaje.
Después se esfumaron sin que las víctimas del asalto pudieron ver hacía dónde escapaban los maleantes vestidos con "remeras y pantalones sport". Ayer a la mañana, Papini radicó la denuncia en la comisaría 3ª, aunque no pudo reconocer en los tres álbumes de fotos de personas con antecedentes delictivos a los autores del atraco. "Si los hubiese visto antes en la calle, no hubiese pensado que eran ladrones", le comentó al sumariante de la seccional 3ª.



Los ladrones robaron todo el dinero que encontraron.
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