El gobierno firmó ayer una breve tregua, hasta el lunes, con las cámaras de supermercados y proveedoras de alimentos para frenar un incremento generalizado en los precios, hasta que se conozca la evolución que presente el peso frente al dólar estadounidense con la libre flotación en el mercado cambiario. El secretario de la Defensa de la Competencia y el Consumidor, Hugo Miguens, afirmó que desde el ámbito gubernamental se le solicitó a los supermercados y empresas alimenticias "aguardar un ambiente más certero para tomar decisiones" que tengan que ver con un incremento en los valores de los productos afectados la modificación del tipo de cambio. "Así, estamos haciendo una tregua por unos días para luego actuar en función del mercado", explicó Miguens tras un encuentro del que participaron los presidentes de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), Ovidio Bolo, y de la Coordinadora de Productos Alimenticios (Copal), Alberto Alvarez Gaiani. En esta línea, Bolo consideró que las futuras decisiones que puedan adoptar el sector supermercadista, el cual sostuvo que "no es formador de precios", estará íntimamente relacionado con la evolución que presente la paridad cambiaria peso-dólar tras la liberalización del mercado desde el próximo lunes. "La próxima semana sabremos cuál será la incidencia (que tendrá este factor) sobre los insumos", explicó Bolo. Desde el sector alimenticio, Alvarez Gaiani sostuvo que "hubo incrementos en los precios" producto del efecto devaluatorio y el impacto que este tuvo sobre el costo de los insumos que utiliza la industria de los alimentos que son adquiridos necesariamente en el exterior. El titular de la Copal afirmó que los principales incrementos se registró en el caso del café, el cacao y los aceites, y destacó también el aumento de hasta un 30 por ciento que presentó la harina de trigo, el cual tiene una incidencia de un seis por ciento sobre el valor final del pan en panaderías. Alvarez Gaiani sostuvo que más allá del efecto estacional que tiene la harina, junto a la tendencia "demanda constante, oferta menor" por parte de los molinos, "hoy realmente no se sabe qué valor va a tener" este producto tras la liberalización cambiaria. Desde estos sectores pudieron conocerse serias críticas para la actuación del gobierno de Eduardo Duhalde tras la decisión de devaluar el peso y mantener paralizado durante semanas el mercado cambiario local. "Está rota la cadena de pagos, y realmente es muy difícil sostener así a los alicaídos sectores de las pequeñas y medianas empresas y comercios. El parate es total", reconoció una fuente que solicitó reserva. Sin embargo, y más allá de las urgentes gestiones del gobierno de frenar los aumentos que deben pagar los consumidores, se detectaron acusaciones cruzadas entre los supermercados y el sector productor de alimentos. Fue así que las empresas alimenticias, según dijo Alvarez Gaiani, "no estamos conformes con las condiciones de pago" que promueven el supermercadismo, motivo por el cual se espera que los pagos se concreten a un plazo no mayor a los 30 días, y no los 120 en los cuales hoy se está pactando, muchos casos en patacones o Lecops. Ante estas críticas, los supermercados aducen, tal como lo justificó Ovidio Bolo, que "lo que pasa es que vivimos una crisis". Por su parte, Miguens explicó que, más allá de la "incertidumbre" que dice advertir en el mercado, desde el gobierno se estima que "no va a haber un proceso inflacionario" pese a que se constata "una suba puntual" de los precios.
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