De impecables chaquetillas blancas, los farmacéuticos rosarinos protagonizaron ayer una jornada inédita: no sólo marcharon hasta el Pami en reclamo del pago de las deudas, sino que además atendieron al público de 10 a 17 con las persianas bajas. "Tenemos que concientizar a la gente sobre la crisis que atraviesan las farmacias porque es una situación límite, y de no revertirse provocará el cierre de muchos locales", advirtió la vicepresidenta del Colegio de Farmacéuticos de la 2º Circunscripción, Graciela Pensa. Mientras que desde las 10 las persianas de la mayoría de las farmacias de Rosario estuvieron cerradas y sólo se atendió al público a través de las ventanitas, sobre el mediodía los farmaceúticos sacaron a relucir las cacerolas para hacerse escuchar. Y detrás de una bandera que decía "Los farmaceúticos con el pueblo" se sumaron unos 300 profesionales que caminaron hasta la sede de la Delegación IX del Pami para reclamar el pago de los 7 millones de pesos que esa obra social les adeuda. Pero la movilización no sólo se realizó para protestar, sino también para aclararle a la gente que no son las farmacias las que aumentan los precios de los medicamentos. "Los que suben los precios son los laboratorios y es mentira que los farmaceúticos esconden los remedios", aclaró Pensa.
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