Sin incidentes y con la presencia de algunas banderas partidarias, desde anoche y hasta las primeras horas de hoy se realizaba una nueva edición del ya tradicional cacerolazo nacional de los viernes, en distintos puntos del país, en rechazo a las nuevas medidas económicas, el corralito y la Corte Suprema.
La protesta se concentraba con total normalidad y discretos operativos de seguridad en Plaza de Mayo, en la de Los Dos Congresos, en la quinta presidencial de Olivos y otros puntos del área metropolitana y del interior del país, entre ellos Rosario.
El signo distintivo de esta versión de la protesta fue que distintas agrupaciones políticas -en su mayoría de izquierda-, hicieron visibles sus banderas partidarias en Plaza de Mayo y otros puntos.
El cacerolazo que realizaron distintas agrupaciones de vecinos autoconvocados comenzó anoche en Capital casi al mismo tiempo que el presidente Eduardo Duhalde hablaba al país para insistir en la necesidad de hacer una reforma política.
Otro rasgo novedoso fue la participación de murgas y comparsas, que en Liniers unificaron los festejos del carnaval con la protesta social.
El desfile de murgas se hizo en Rivadavia al 11400 y participaron cientos de vecinos, quienes al ritmo de las bandas agitaron sus cacerolas y utensilios de cocina, apoyados por móviles y equipos de sonido dispuestos por la Dirección de Logística y Emergencia del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
La protesta también se repetía en Rosario, donde unas dos mil personas participaron de un cacerolazo que se inició en proximidades del Monumento Nacional a la Bandera y recorrió 25 cuadras del macrocentro de la ciudad.
De la movilización, que comenzó después de las 21, participaron numerosas familias, partidos de izquierda, movimientos vecinalistas y docentes.
Durante el transcurso de la marcha no se registraron incidentes, aunque se vivieron momentos de tensión cuando los manifestantes pasaron frente a la zona de los bancos, ubicados en la peatonal Córdoba.
Una discreta vigilancia policial acompañó la marcha que finalizó en el Parque Nacional a la Bandera, donde se volvió a pedir la renuncia de la Corte Suprema de Justicia y la liberación del corralito bancario.
Asimismo, en Mar del Plata, la protesta se hizo fuerte en el centro de la ciudad balnearia por la participación de cientos de turistas que repudiaron la crisis económica, política y social que sumerge a la Argentina.
En tanto, en Luis Guillón, Esteban Echeverría, un centenar de vecinos se concentró minutos después de las 21 en la Plaza 25 de Mayo, en calle Varisco y José Hernández, para manifestar su descontento contra las autoridades.
El grupo autoconvocado marchó unas 10 cuadras, hasta la avenida bulevar Buenos Aires, con consignas contra el corralito, la corrupción de la política y por la recuperación de la salud y la educación pública, que luego continuaron mediante el batir de cacerolas.
Otro cacerolazo también se registraba frente a la Municipalidad de Monte Grande, en la Plaza Mitre.
En las primeras horas de hoy los manifestantes continuaban arribando en absoluta tranquilidad a la Plaza de Mayo, que permanecía vallada y con un cerrado operativo de seguridad compuesto por efectivos de la Policía Federal de a pie, en motocicletas y automóviles.
Peleas en Necochea
Bastante antes, por la tarde, un grupo de caceroleros que protestaba con sus pancartas y carteles en el Concejo Deliberante de Necochea, exigiendo la renuncia del intendente Julio Municoy (PJ), fue sacado a golpes del recinto por comerciantes y adherentes al justicialismo.
El preocupante episodio se registró cuando se realizaba una sesión extraordinaria para definir si una calle se convertiría o no en peatonal durante las 24 horas del día.
Las víctimas de la agresión, que tuvieron que irse apresuradamente del recinto, se quejaron luego de la inacción policial, que no intervino para calmar los ánimos.
Sin embargo, el enfrentamiento se trasladó luego frente a la sede municipal donde la policía debió cortar el tránsito vehicular.
La Ciudad
