El presidente y el vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia, Julio Nazareno y Eduardo Moliné O'Connor, descartaron ayer por completo que algún miembro del máximo tribunal pueda renunciar a su cargo, aunque aceptaron ser sometidos a juicio político debido a que ese mecanismo es el "único remedio constitucional" para la remoción de los integrantes del cuerpo. De paso, Moliné O'Connor desafió que no abandonarán sus cargos "aunque llenen una plaza de gente gritando con las cacerolas".
Nazareno y O'Connor rompieron el silencio que se habían autoimpuesto, desde el momento en que comenzó la ola de "cacerolazos" para demandar el recambio de la Corte, al formular ambos declaraciones a la cadena BBC de Londres.
El riojano Nazareno, titular del cuerpo, aclaró que "en realidad la Corte no tiene ni siquiera intención de cuestionar el juicio político" que comenzó a sustanciarse en la Cámara de Diputados, en razón de que ese "es el único remedio constitucional" y en consecuencia, enfatizó, "no nos oponemos".
Sin embargo, el presidente del Tribunal remarcó que "ningún ministro" renunciará a su cargo y adelantó que en caso de que la comisión de Juicio Político resuelva suspender a sus integrantes, "evidentemente la Corte tomará medidas".
Por otra parte, Nazareno se mostró irónico al comentar la cantidad de pedidos de enjuiciamiento que se suman contra los nueve miembros de la Corte: "Ayer había 30 pedidos de juicio político, hoy dicen 50 y creo que vamos a llegar a los 500 y vamos a batir algún record guiness".
Moliné O'Connor, coincidió con Nazareno en recalcar que los ministros no tienen pensado alejarse de sus puestos por propia voluntad y denunció que los que piden su remoción están tratando de desplazarlos "por medio de la violencia".
No es cuestión de aflojar
"Si en este momento nosotros aflojamos y por nuestra propia comodidad nos vamos a nuestras casas, no estamos cumpliendo con nuestro mandato constitucional", enfatizó Moliné O'Connor, quien consideró que la crisis actual pone en juego "la fortaleza de las instituciones".
Sin embargo, reiteró que no se irán aunque "nos llenen una plaza de gente gritando con una cacerola".
Para Moliné O'Connor, los manifestantes "pueden tener reclamos muy legítimos, pero los tienen que dirigir hacia el Congreso de la Nación, o al Poder Ejecutivo, para que los actos de gobierno satisfagan esos intereses que no pueden satisfacerse".
El ministro aseveró que "esta crisis pone a prueba la fortaleza de las instituciones en Argentina, porque están tratando de desplazar a la Corte por la violencia".
A todo esto, la comisión de Juicio Político de Diputados continuó ayer con el análisis de diez de las casi 50 causas admitidas por ese cuerpo para llevar adelante el enjuiciamiento de los miembros de la Corte Suprema.