Argentina derrota 2 a 0 a Australia y quedó a sólo un paso de conseguir el pasaje a los cuartos de final del Grupo Mundial de la Copa Davis donde enfrentaría al ganador del match que Alemania y Croacia empatan en un punto. Pero la tarde tuvo algunas espinas para el equipo argentino. Guillermo Cañas, el jugador mejor ranqueado de la serie, le ganó tras cuatro horas de partido a Scott Draper por 6/4, 6/7, 5/7, 6/4 y 6/1; mientras que Gastón Gaudio paseó todo su talento por el court central del histórico Buenos Aires Lawn Tennis para ganarle a Andrew Ilie por 6/1, 6/1 y 6/2. Hoy, desde las 16, se jugará el punto de dobles donde Cañas y Lucas Arnold enfrentarán a la fuerte pareja australiana compuesta por Todd Woodbridge y Wayne Arthurs. Tres datos para tener en cuenta. El court central del Buenos Aires no estuvo lleno (estuvo en un 60 a 70 por ciento, según las horas) algo lógico ante el precio alto de las entradas; la cancha no estaba bien -tuvo muchos malos piques- y el público se prendió de a ratos en la tarde en la que las nubes siempre amenazaron. Cañas, como quedó dicho, sufrió mucho más de la cuenta. Ganó su partido porque Draper mostró en los últimos dos sets porque se ubica en el casillero 217 en el ránking mundial. Sin dudas, el número uno de la Argentina y quince del mundo ayer quedó en deuda por su nivel de juego, más allá que le haya aportado al equipo el primer punto de la serie. Ni siquiera su tenis conformó en el último set, con el 6-1. Fue allí cuando demostró estar muy bien físicamente y aprovechó todos los desarreglos técnicos de su rival. El primer set tuvo el tono que se esperaba. Duro en el comienzo, para que Cañas lo destrabe en el quinto game (quebró 3-2) y maneje la diferencia. Desde el segundo parcial, la bola del argentino ya no tuvo la profundidad, ni la contundencia que al principio. Empezó a quedar corta y entonces Draper, acostumbrado a jugar en canchas rápidas, ni lento, ni perezoso se metió en la cancha y jugó pegado al fleje de base. Cañas llegó a tener una desventaja de 5-2. ¿Miedo escénico? ¿Responsabilidad? ¿Nervios? ¿Presión? Llámelo como quiera. Lo cierto es que el argentino le permitió a Draper crecer desmesuradamente sin hacer mucho más que meter la pelota profunda. Fue 7-4 el tie break del segundo y 7-5 un aburridísimo tercer parcial, que hizo bostezar a todos, inclusive a Gabriela Sabatini. Desventaja impensada. Los planes cambiaron. Cañas, entonces, con el fastidio dibujado en su rostro, empezó a trabajar el partido. Lo hizo aún más sucio. Casi no arriesgó. Forzó el quinto set con un ajustado 6-4 (estuvo 3-0 y 5-2) y allí la gente gritó y lo empujó para el final. En la definición Cañas jugó más suelto. Se sabía muy superior técnicamente pero los 200 puestos de diferencia entre uno y otro no se notaban en la cancha. Pero no sufrió en el final. Todo se simplificó en el cuarto game, cuando quebró para 3-1. Apretó el puño y resopló. Definió en el tercer match point cuando la devolución de Draper murió en la red. Se acabó el sufrimiento y sonrió con ganas. El objetivo, que en algún momento se alejó bastante, estaba cumplido. En definitiva, Cañas ganó sin sobrarle nada y, además, se cargó cuatro horas de partido para el dobles de hoy, algo que no estaba en los planes de nadie, ni siquiera de los australianos. En tanto, lo de Gaudio fue por momentos una paliza. Así de simple. Así de contundente. Tal como lo indica el tanteador demostrando una vez más que es un jugador plenamente confiable para la Copa Davis donde está invicto en seis encuentros. El argentino cometió muy pocos errores no forzados, manejó el contragolpe con velocidad y precisión, y se hizo un festín con su revés. Por supuesto que el australiano Ilie colaboró para que Gaudio ponga el 2-0 definitivo. (DyN)
| Gaudio ganó en forma contundente 6/1, 6/1 y 6/2. | | Ampliar Foto | | |
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