"Estoy recibiendo la mercadería con un aumento que va del 40 al 150 por ciento y cuando compro columnas y cables eléctricos me dicen que no hay precio", resumió Miguel Bisciglia, uno de los concesionarios de la red pública que controla 16 mil luminarias en el suroeste de la ciudad. "Compraba periódicamente unos 4 mil pesos de materiales eléctricos, pero en enero me pidieron la plata por adelantado y cuando la giré resulta que me quisieron enviar menos mercadería de lo que habían pautado", añadió.A la hora de reponer repuestos, tanto los mayoristas como los distribuidores responden con la misma frase: "No hay precio". Bisciglia quedó al límite de sus capacidades. "Hace una semana que no estoy reponiendo lámparas, porque las reservas que tenía, ya las usé".El empresario anticipó que no se presentará a la licitación en el alumbrado público, pero deslizó que si persiste otra prórroga en el servicio, tendrá la obligación moral de acompañar al Ejecutivo.
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