Uno de los datos que llamó la atención de los investigadores que participaron del seguimiento de la banda es la diferencia horaria entre que concluyó el golpe en la localidad de Progreso (las 9 de la mañana del miércoles) y el primer enfrentamiento (las 2.30 del jueves). Al respecto, los pesquisas sostienen que "posiblemente el grupo que participó de los tiroteos se haya quedado como retaguardia de la banda" que habría logrado llegar a Córdoba con el botín. Lo que pasó en esas 17 horas todavía es un enigma. "O se quedaron escondidos en algún pueblo de las cercanías con el fin de dar otro golpe en estos días en otra población o en su huida se dividieron para despistar y este grupo se perdió en los caminos comunales y senderos que muchas veces son confundidos con rutas y terminan dentro de los cascos de las estancias", dicen los policías. En ese derrotero, los delincuentes fueron sorprendidos por los retenes levantados", lo que hablaría del poco conocimiento del terreno y le quitaría profesionalismo a la banda. Sin embargo algo está claro. Como en oportunidades anteriores (Los Cardos, el 21 de enero pasado; Piamonte, el 24 de noviembre de 2001; y Landeta, el 22 de noviembre de 1999), los delincuentes llegan y huyen hacia la provincia de Córdoba. Una ruta que los ladrones de bancos transitan sin inconvenientes en Santa Fe.
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