La Corte Suprema de Justicia, que en las últimas semanas fue uno de los principales blancos de las críticas de la sociedad, decretó ayer la inconstitucionalidad del corralito bancario e introdujo un elemento de crisis en el Poder Ejecutivo Nacional, que ayer se vio obligado a suspender los anuncios de nuevas medidas económicas.
El alto tribunal entendió que esa norma impide a las personas disponer "libremente y en su totalidad de su patrimonio" y cuestionó abiertamente al Ejecutivo por haber echado mano a un recurso "irrazonable". Aunque el fallo tiene validez sólo para un caso particular, sienta jurisprudencia para que todos los ahorristas puedan acceder a sus recursos inmovilizados.
Con los votos de seis ministros y tres abstenciones, la Corte pateó así el andamiaje financiero que sostiene el gobierno de Eduardo Duhalde, apenas unas pocas horas antes de que el cuerpo se viera expuesto a la iniciación de un juicio político por parte del Congreso de la Nación.
"La Corte dio un golpe institucional", masculló con bronca uno de los integrantes del gabinete. Poco después, fue el propio presidente Eduardo Duhalde quien se encargó en un mensaje al país de avanzar con el enfrentamiento entre los dos poderes del Estado. Calificó la decisión del máximo tribunal como "muy grave", y aclaró que no se trata de defender a las entidades del sistema financiero porque sí: "Me importa dos cominos que se caiga un banco o dos", disparó, y cuestionó la oportunidad de una acordada que la Corte rubricó "casualmente 48 horas antes" de que el Parlamento habilitara el juicio político.
La decisión del máximo tribunal produjo un efecto dominó y obligó a fuentes del Banco Central (BCRA) a anticipar que habrá feriado bancario los próximos lunes y martes, en un intento de ganar tiempo para elaborar una estrategia que sea capaz de frenar el vendaval de demandas que se prevé promovidas por ahorristas urgidos de hacerse con sus dineros. De todos modos, la respectiva resolución debe aún ser firmada por el titular de la entidad, Mario Blejer, que vuelve hoy de Nueva York.
Esto podría conducir sino a la quiebra del sistema financiero cuando menos a la caída de un importante número de entidades. Como botón de muestra, en la jornada de ayer se registró una agudización en el estado de ánimo de los acorralados, que protagonizaron otro día de furia con sus reclamos ante los bancos. En sintonía con el descreimiento de la gente sobre el futuro del peso, el precio del dólar se vio presionado y tocó 2,10 en Buenos Aires y 2,15 en Rosario, con interminables colas frente a las entidades financieras para hacerse del billete verde.
En medio de la renovada crisis, el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, suspendió el viaje que tenía previsto realizar hoy a los EEUU para participar del World Economic Forum, para encontrarse con los máximos responsables de las finanzas mundiales. Su número dos, Jorge Todesca, improvisó una reunión con banqueros y empresarios, para analizar la delicada situación que generó el fallo judicial.
El máximo tribunal falló en un caso particular pero que sienta jurisprudencia, por lo que los ahorristas podrán ahora recurrir a la Justicia, avalados por esta resolución, para reclamar a los bancos que le devuelvan sus depósitos.
Los jueces entendieron que las sucesivas normas que impusieron el corralito -desde el decreto de De la Rúa y Cavallo hasta la ley de emergencia pública y reforma del régimen cambiario de Duhalde, que a su criterio avala las restricciones- violaron los derechos de los ciudadanos consagrados en los artículos 14 bis, 17 y 18 de la Constitución y en el 21 del Pacto de San José de Costa Rica.
Y en una de las más fuertes críticas al poder político expresadas en su resolución, los ministros dijeron que "ha existido, en un breve período, una profusión de normas" sobre el corralito que "más que propender a la fijación de pautas claras ha generado un inédito y prolongado estado de incertidumbre".
En las últimas semanas los miembros de la Corte soportaron cacerolazos en la puerta de los tribunales y escraches en la puerta de sus domicilios, mientras el Congreso comenzó a analizar los pedidos para enjuiciarlos y separarlos de sus puestos.
Le dieron la razón a Smith
Apenas terminó la feria judicial y un día después de una de las manifestaciones más numerosas en su contra, los nueve jueces se reunieron para rechazar primero los recursos de per saltum que habían planteado varios bancos estatales y privados, con el fin de evitar la efectivización de las medidas cautelares de primera instancia que favorecían a los ahorristas.
Sólo un puñado de horas después, cuando Duhalde estaba analizando esa medida con el ministro de Justicia, Jorge Vanossi, los jueces trataron la cuestión de fondo al pronunciarse sobre una apelación del Banco de Galicia para evitar entregarle a un depositante correntino llamado Carlos Alberto Smith el dinero que tenía en su plazo fijo ya vencido. Smith fue a la Justicia para reclamar sus ahorros y simultáneamente había pedido que se dictara la inconstitucionalidad del corralito.
El titular del máximo tribunal, Julio Nazareno, junto a Antonio Boggiano, Adolfo Vázquez, Guillermo López, Eduardo Moliné O'Connor y Carlos Fayt decidió considerar inconstitucionales las restricciones bancarias. Fayt emitió su propio voto, pero coincidió con sus colegas en lo sustancial, mientras los jueces Enrique Petracchi, Augusto Belluscio y Gustavo Bossert, que participaron de la reunión, decidieron no firmar el fallo.
"Se encuentra fuera de discusión en el caso la existencia de una crisis económica, por lo que no cabe cuestionar el acierto o conveniencia de la implementación de medidas paliativas por parte del Estado. Pero ello no implica que se admita, sin más, la razonabilidad de todos y cada uno de los medios instrumentales", dijeron los jueces, varios de ellos señalados como miembros de una supuesta mayoría automática que favoreció en diversas ocasiones al gobierno de Carlos Menem. En su resolución la Corte entendió que el corralito no sólo lo privó a Smith de acceder a sus depósitos sino que, a esto, se le sumó la devaluación, cuestión que, no obstante, no fue analizada por el máximo tribunal.
La Ciudad
