Año CXXXV
 Nº 49.377
Rosario,
viernes  01 de
febrero de 2002
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El fenómeno destruyó también unas 80 viviendas en Santa Fe y Santo Tomé
Una tormenta de agua, granizo y viento azotó Firmat, Bombal y Bigand
Es la peor de los últimos 50 años. La pedrada formó una capa de 40 centímetros de alto

Silvia Carafa / La Capital Carlos Roberto Morán / La Capital

Firmat. - Los tres distritos azotados por la tormenta de viento y piedra que antenoche se abatió sobre la zona coincidieron en el dato: no se tiene memoria de un fenómeno similar en los últimos cincuenta años. Firmat, Bombal y Bigand fue el orden decreciente que siguió la furia de un meteoro inusitado que combinó ráfagas huracanadas, piedras del tamaño de "un huevo de gallina", y agua. El cóctel climático dejó a su paso campos arrasados, casas sin techos y vidrios destruidos. El meteoro también causo destrozos en Santa Fe y Santo Tomé.
La tormenta llegó precedida por un clima agobiante. Cerca de las 18 se desató una tempestad pocas veces vista. "Hace más de medio siglo que en Firmat no se veían piedras del tamaño de una mandarina", relató el intendente Carlos Torres. Como la pedrada duró más de ocho minutos, no tardó en formarse una capa blanca de unos 40 centímetros.
Pero antes de convertirse en una alfombra dañina, las piedras dejaron su huella en la fisonomía de la ciudad: hizo estallar vidrios de casas particulares y comercios, rompió persianas y puertas, y dejó su marca indeleble en decenas de vehículos que no pudieron resguardarse a tiempo.
Mientras tanto ráfagas huracanadas derribaron árboles, volaron y fisuraron techos y retorcieron antenas. Las ramas y los troncos no tardaron en tapar los desagües de las calles por lo que en poco tiempo hubo casas anegadas. Otro hecho repetido fue la rotura de claraboyas. También sucumbió el reloj de la iglesia, parte del techo de la Escuela Centenario y los vidrios de los clubes.
"Muchas familias debieron buscar donde pasar la noche cuando volaron los techos de sus viviendas y el agua mojó ropas y colchones", explicó Torres, aunque admitió que no hubo necesidad de habilitar lugares para evacuados. El intendente destacó que a los pocos minutos de producirse el meteoro recibió una llamada del gobierno provincial para poner a su disposición algunos elementos de ayuda.
Para Torres, la mayor preocupación fue que más 30 por ciento de las hectáreas productivas del distrito Firmat, quedaron arrasadas. "Unas ocho mil hectáreas de soja y maíz quedaron destruidas", explicó el intendente. Además, relató que ayer, la Municipalidad recibió decenas de pedidos de chapas y vidrios para reparar las viviendas afectadas. Las demandas también incluyeron alimentos y colchones.
Hoy los productores rurales se reúnen junto a las instituciones representativas de su sector para evaluar los daños y elevar un cuadro de situación ante el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio (Magic). Torres también resaltó la solidaridad de los vecinos para con los afectados por la tormenta.
En Bombal la ráfaga todavía conservaba su fuerza, levantó galpones, destruyó silos y retorció norias. También resultaron afectadas las instalaciones del Club Sportivo y de la iglesia. La fuerza del viento trilló las ramas de los eucaliptos y derribó columnas de luz. La gente recién pudo recuperar la energía eléctrica a partir de las tres de la mañana. Bigand fue uno de los últimos puntos que azotó el tornado. Allí también hubo techos dañados y un 40 por ciento de los campos afectados, por lo que ya se pondría en marcha un pedido de emergencia agropecuaria.

Intenso temporal
Importantes zonas de Santa Fe y Santo Tomé continuaron ayer casi toda la jornada sin energía eléctrica, a causa del breve pero muy intenso temporal de agua, granizo y vientos huracanados que se abatió sobre ambas ciudades en la tarde del miércoles. Con menor intensidad continuó lloviendo en la madrugada de la víspera. El total de agua caída llegó a los 65 milímetros. Las ráfagas de viento alcanzaron los 70 kilómetros por hora en los momentos de mayor magnitud del inusitado fenómeno meteorológico.
La tormenta se desató pasadas las 17 del miércoles luego de una jornada agobiante en la que la temperatura registraba una sensación térmica de 45º. Pese a la magnitud de la tormenta no hubo que lamentar víctimas personales, aunque sí se registraron grandes inconvenientes a causa de la inundación de arterias, cámaras subterráneas, obturación de bocas de tormentas, cortes de cables eléctricos y telefónicos así como caídas de postes, árboles y carteles de publicidad.
Los sectores más afectados por la tormenta fueron los distritos de la zona costera, vale decir en la región este colindante con Santa Fe, especialmente Colastiné Norte, donde diversas viviendas quedaron anegadas y parcialmente destruidas.



Las ráfagas huracanadas derribaron silos y galpones.
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