Año CXXXV
 Nº 49.376
Rosario,
jueves  31 de
enero de 2002
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Máxima: "Soy y seguiré siendo latina"

"Soy latina y seguiré siendo latina. Bailo y seguiré bailando. Seguiré cantando", dijo en una entrevista por TV la semana pasada, riéndose por que cuando salían a bailar, las caderas de su prometido eran "un poco rígidas".
Máxima, de 30 años, obtuvo la nacionalidad holandesa y habla bien el idioma. El año pasado hizo una gira por el país, en la que anduvo en bicicleta debajo de la lluvia, se sentó a escuchar una clase de español y visitó un ex campamento de tránsito de la Segunda Guerra Mundial, centros para desamparados y mercados callejeros.
Los miembros de la realeza holandesa con frecuencia han originado controversia con sus consortes. La ira del público se hizo sentir cuando ocurrió el matrimonio de la abuela de Guillermo Alejandro, Juliana, con el alemán Bernhard mientras el nazismo cobraba fuerza en 1937, lo mismo que en la boda de su hija Beatriz en 1966 con el diplomático alemán Claus von Amsberg, quien luchó por su país en la Segunda Guerra Mundial.

Conveniente "maximanía"
La "maximanía" también ha silenciado las conversaciones sobre la reestructuración de la monarquía holandesa, que emergieron en el 2000 cuando miembros de la coalición gobernante sugirieron que la monarca sea reemplazada por un jefe de Estado electo en una República.
La reina Beatriz, quien sucedió a Juliana en 1980, está estrechamente involucrada en la formación de nuevos gobiernos.
Uno de los hijos de Beatriz, el príncipe Johan Friso, es soltero. Cansado de los rumores sobre su sexualidad, tomó el año pasado el poco usual paso de emitir una declaración pública para decir que no es homosexual.
Constantijn y su esposa Laurentien escogieron La Haya para sus nupcias en mayo pasado, al igual que la mayoría de los miembros de la realeza que se ha casado en Holanda. Guillermo Alejandro, de 34 años, seguirá el ejemplo de su madre, quien rompió con la tradición, al casarse en la capital.
Atentos por las bombas incendiarias y las manifestaciones callejeras que empañaron el día de bodas y la coronación de Beatriz, alrededor de 6.000 agentes de policía serán desplegados para la boda del sábado.
La pareja se unirá primero en matrimonio civil en una ceremonia celebrada en Beurs van Berlage, una ex sede bursátil. Luego, asistirán a la celebración en una iglesia protestante, arrodillándose en un reclinatorio construido especialmente para la boda de 1901 de la reina Wilhelmina con el príncipe Hendrik de Alemania.
Después de la boda religiosa, los recién casados recorrerán las calles en el coche dorado tirado por caballos, regalado hace 104 años a Wilhelmina por la ciudad de Amsterdam, cuando asumió el trono. (Reuters)


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