Año CXXXV
 Nº 49.376
Rosario,
jueves  31 de
enero de 2002
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Cine /Crítica
"El señor de los anillos", un clásico transformado en espectáculo

Fernando Toloza

****
Intérpretes: Elijah Wood, Ian McKellen, Vigo Mortensen, Liv Tyler y Cate Blanchet.
Dirección: Peter Jackson.
Género: aventuras.
Duración: 180 minutos.
Salas: Del Siglo, Monumental y Village.

El momento esperado al fin llegó y tanta espera está compensada. La primera película de la trilogía "El señor de los anillos" es una una adaptación cuidadosa que resuelve con seguridad la narración y hace que la historia sea accesible al público general. Peter Jackson, el director de "La comunidad del anillo", primera entrega de la saga, supo guiar la película con agilidad y no se olvidó de que frente a la pantalla hay un espectador que, en muchos casos, podía no haber leído el libro en el que se basa el filme.
El mundo imaginado por Tolkien era difícil de poner en imágenes cinematográficas. Pese a ser uno de los clásicos de la literatura del siglo XX, hasta la fecha no se había podido realizar una versión en cine con actores de carne y hueso. De hecho, la única versión con la que se contaba era en dibujos animados.
La técnica no había llegado a la altura del universo tolkiano. La película de Jackson muestra que ahora se ha aproximado bastante pero tuvieron que pasar casi cincuenta años. El rubro técnico es uno de los grandes créditos de este filme y seguramente lo convertirá en uno de los candidatos más firmes en esas categorías a los premios Oscar, cuyas nominaciones se conocerán el próximo 12 de febrero.
Las razas que pueblan el mundo de "El señor de los anillos" presentaban dificultades sobre todo en las de los malvados: los orcos y los jinetes negros. El fin de las imágenes está conseguido con creces: tanto orcos como jinetes despiertan un pequeño escalofrío en la platea. Crear las otras razas fue más sencillo porque sus características estaban cerca de lo humano.
Todo los escenarios en los que transcurren las aventuras se convierten en una parte importante del relato, ya sea por sus insinuaciones de paz y tranquilidad, o de perversión y maldad. En ese sentido, no hay términos medios, y los mismo pasa con el carácter de los personajes, quienes están del lado del bien o del mal, y si se extravían en los campos de lo oscuro es por una fuerza superior y no por su libre albedrío.
La idea de que el bien y el mal están por completo separados es una de las fallas de la película, pero no es atribuible sólo a ella, ya que de alguna manera está en el propio Tolkien. En "El señor de los anillos" si alguien respetable comete alguna bajeza, es porque lo impulsa una fuerza superior. Es decir, no es responsable por ello, aunque no deje, después, de sentirse culpable.
Lo mejor de la película es la variación de los peligros a los que se exponen el hobbit Frodo Bolsón y sus amigos, quienes forman la "comunidad del anillo". Se trata de una asociación de todas las razas de la Tierra Media para destruir un anillo que tiene un poder incontrolable y que sólo responde a las órdenes del señor Sauron.
Frodo y sus amigos tienen que enfrentar difíciles pruebas y a medida que avanzan en el camino los males son cada vez peores, casi como si pasaran a niveles superiores de un videojuego.
Con algunos momentos un poco estáticos, la película es una gran aventura, que deja palpitando la necesidad de su continuación y hace anhelar el lejano tiempo de ver juntos los tres filmes de "El señor de los anillos".



Elijah Wood interpreta al hobbit Frodo Bolsón.
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