Año CXXXV
 Nº 49.374
Rosario,
martes  29 de
enero de 2002
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Rosario Central: Un planteo con protagonismo y despliegue

Alejandro Cachari / La Capital

El dibujo está en la cabeza del entrenador. Es suficiente con ver un ratito a Central para comprender su funcionamiento. Nada revolucionario, pero muy utilitario si los intérpretes se someten solidariamente al libreto. He ahí uno de los quids de la cuestión: sin esfuerzo para cumplir con las obligaciones propias y un poco más, el esquema no es efectivo.
Con una línea de tres en el fondo hay dos condiciones que el equipo debe representar a la perfección: presión constante y cuidadoso control del balón -lo que deriva en una distribución criteriosa del juego- para que la pelota no retorne como un boomerang, lo que generalmente provoca un desacople defensivo porque toma al equipo en inferioridad numérica para ocupar todos los puestos defensivos.
También es imprescindible ser efectivo en ataque, incisivo. En realidad, esa característica corre para cualquier planteo en cualquier circunstancia.
Por eso Teglia recalca, cada vez que se lo consulta, que necesita experiencia para resolver en el área y un enganche con años, que sepa manejar los tiempos y los espacios.
También en ese punto se comprende la satisfacción del técnico tras el opaco rendimiento ante Central Córdoba. La presión existió y la versatilidad de los que deben afrontar funciones complementarias a las innatas también fueron un aporte importante. El ejemplo más acabado fue De Bruno (ver aparte).
Faltó la puntada final. Quizás el tándem Arias-Pierucci todavía no le haya encontrado la vuelta al arco de enfrente; aunque es factible que las asistencias para los delanteros aún necesiten un buen porcentaje de precisión, visión de la cancha y claridad para ejecutarlas en el momento preciso.
Sería muy osado suponer que los auriazules se van a prender en la lucha por el campeonato, pero lo cierto es que tampoco existe demasiada distancia entre los equipos del segundo pelotón y el de Teglia. Ese salto de calidad puede darse con un par de incorporaciones y con el aceitamiento táctico. Pero también debe consignarse que el margen es muy pequeño.
Central posee un plantel muy reducido y con escasas variantes para superar contingencias.
Depende de la justeza de sus tres defensores y la contracción a la marca, lo que requiere de una ubicación adecuada y una enorme concentración para proteger a Tombolini o Castellano.
Las actuaciones de De Bruno, Rivarola y García se transforman en termómetros del equipo. De ellos depende que Daniel Díaz, Muñoz Mustafá, Canals y Erroz no queden a contrapié o lejos de la jugada.
El puesto de Erroz es uno de los ejemplos más claros de lo que necesita Central. Es el único volante de contención de profesión que tienen los auriazules entre los titulares. Si no recibe el aporte de Rivarola y el desdoble de De Bruno para recuperar y llegar, más la prolijidad de García para no perder la posesión de la pelota en lugares críticos de la cancha, queda peligrosamente desprotegido y expuesto a cometer infracciones y por ende a una rápida acumulación de tarjetas.
El diagrama está, pero algunos nombres pueden variar. No se debe descartar a Cappelletti, Marcelo Quinteros y Becerra. Tampoco se debe olvidar que en cualquier momento vuelve Arriola.
Con más tiempo de trabajo que en el cierre del Apertura y con la consigna de retrasar un poco a Rivarola cuando el equipo juegue de visitante, Central prepara el futuro y orejea posibilidades.



De Bruno es considerado un jugador fundamental.
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