Año CXXXV
 Nº 49.371
Rosario,
sábado  26 de
enero de 2002
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Confirman que un joven conductor se suicidó
Iba en una Trafic por la zona oeste y tras la trágica decisión se accidentó. Hallaron el arma

Horacio Gómez se suicidó de un disparo en la cabeza cuando manejaba su camioneta por la avenida Presidente Perón, a la altura de Liniers. Y el arma que utilizó la tomó un vecino y amigo de su familia que presenció el accidente de tránsito y después la entregó a la policía. A esas dos conclusiones llegaron los investigadores policiales de un episodio que presentaba muchas dudas y que tuvo como protagonista a un joven de 26 años que luego de un día de agonía falleció ayer en el Hospital de Emergencias.
Gómez, quien tenía mujer y un hijo de 5 años, era repartidor de pan. El miércoles había pasado por la casa de su padre y alrededor de las 20 protagonizó un accidente de tránsito a unos doscientos metros de ese lugar: perdió el control de su Renault Trafic y embistió una columna de alumbrado público. Detrás suyo, el conductor de un Renault 9 no pudo evitar la colisión y lo chocó desde atrás. Poco después, cuando el muchacho ya estaba en el Clemente Alvarez los médicos descubrieron que tenía una herida de bala en la cabeza.
Ahora la policía estableció que el muchacho se disparó a sí mismo cuando conducía la camioneta por la avenida. Una fuente de la investigación comentó ayer que al producirse el accidente ningún testigo vio salir a persona alguna de la camioneta. Además, las puertas y los vidrios del rodado estaban cerrados. La hipótesis del suicidio cobró más sentido cuando un vecino y amigo de la familia de Gómez se presentó antenoche en la seccional 19ª y confesó que había recogido el arma del interior de la camioneta y se la había entregado al padre del joven.

Un testigo conocido
El hombre dijo que presenció el accidente de Gómez y al ver que se trataba de una persona conocida se acercó hasta la Trafic. Entonces descubrió que había un revólver calibre 22 sobre el asiento, un teléfono celular y papeles y documentos de la víctimas. "Decidió guardar todas esas pertenencias para evitar un robo y después se las entregó al padre del muchacho", comentó un oficial que participó en la investigación.
Esa persona está mencionada con nombre y apellido y ya declaró en sede policial. El arma es un revólver calibre 22 largo que tenía una vaina servida en su tambor. Ayer a la tarde se realizó la autopsia al cuerpo de Gómez. El resultado del estudio es fundamental porque se espera recuperar la bala que quedó alojada en el cráneo y que luego será peritada con el arma en cuestión.


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