cartas

Empecemos a convivir

En estos últimos días nuestro país pasó por momentos que nunca hubiera imaginado. Pareciera que queremos crecer como pueblo nuevamente. Pero en Rosario estamos muy lejos de intentar crecer, porque ni siquiera en nuestras calles se respeta ninguna reglamentación de tránsito, por ejemplo. Las reglamentaciones son normas de convivencia, donde se genera el respeto hacia las personas. Un ejemplo gráfico son los conductores de taxis, que detienen su unidad en las paradas de ómnibus, faltándonos el respeto a quienes estamos esperando un colectivo. Cuántas veces los ciclistas somos desplazados porque algún taxista va a la caza de algún pasajero sin hacer ninguna señal de detención. Reconozco que la calle se ha convertido en una anarquía, y me pregunto por qué tiene que aparecer algún inspector para que todo esté en orden. Eso nos demuestra que no somos capaces de respetarnos entre nosotros. Creo que si hiciéramos la experiencia de respetar las normas de convivencia más elementale, desde nuestra conciencia, comprobaríamos que se puede cambiar. Señores taxistas, dejen de parar en las paradas de ómnibus, no estacionen sus vehículos en sendas peatonales o en las ochavas. Dejen de poner en peligro la vida de ciclistas estacionando en doble fila. Aprendan a respetar a los demás y demuestren que tienen sentido común. No esperen que algún inspector los sancione. El ciudadano tiene el derecho de recriminarles la falta de respeto. Respetémonos un poco más y vamos a pasar un poco mejor estos momentos que estamos viviendo.
DNI. 17.229.318