"Fue desesperante ver por un monitor que asaltaban a mi mujer mientras yo estaba encerrado y sin poder hacer nada". Así resumió Gerardo Baclini la sensación de impotencia que le provocó tener que observar en vivo y en directo, por la pantalla de video del sistema de seguridad instalado en su comercio, cómo los dos ladrones apuntaban sus armas a la cabeza de su mujer. Cuando ingresaron los asaltantes, Gerardo se encontraba en la parte de atrás del local, donde funciona un laboratorio de fórmulas magistrales en el que se elaboran cremas y medicamentos que no se fabrican a nivel comercial. "Apenas ví lo que sucedía, me encerré con llave y llamé a la policía", contó Gerardo, quien decidió confiar en que los múltiples sistemas de seguridad instalados en el comercio -circuito de video, monitoreo satelital de una agencia de seguridad privada y sensores de movimiento- al fin rendirían sus frutos. "Cada vez que tenemos un robo implementamos una nueva medida de seguridad. Ahora ya no nos queda nada por instalar", apuntó su mujer una vez superado el susto.
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