"Si el Pami no recibe una inyección de dinero en los próximos 15 días se tornará inviable, la medicina privada quebrará y el sector público de la salud quedará desbordado". De esta forma, el viceministro de salud santafesino, Ramiro Huber, se refirió a la crisis que sufre la obra social, tras el encuentro que todas las carteras sanitarias del país mantuvieron ayer con el flamante ministro de salud de la Nación, Ginés González García. La reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) sirvió también para anunciar la implementación de un plan de emergencia sanitaria lanzado por el gobierno nacional para todo el país. En este marco, González García anticipó que se restringirán "a un nivel mínimo" las prestaciones del Pami, pero garantizando que "se cumplan realmente". Hoy por hoy, la obra social "está funcionando sólo con servicios esenciales", reconoció. El ministro aseguró también que el Pami "debe restablecer servicios interrumpidos", y que necesita "limpieza para adentro y acciones para afuera". Al término del encuentro con González García, Huber explicó que el Instituto de los jubilados requiere "una inyección de unos 100 millones de pesos dentro de los próximos 15 días para aliviar la deuda con el sector privado y alejarlo de la quiebra". El pedido fue acordado con todos los ministros de Salud del país, como una forma concreta de evitar el desborde en la demanda hospitalaria "que puede producirse si el Pami termina de fundirse", tal cual apuntó Huber. Si la obra social resulta sustentable, gobierno nacional y provincias volverán a discutir su futuro inmediato. "Y si la Nación impone una regionalización, cada ministro de salud del país exigirá una activa participación en las políticas de gestión", insistió el viceministro santafesino. En tanto, el comité de crisis del Pami Rosario logró ayer mantener una tregua de 48 horas con los prestadores privados, quienes habían prometido cortar hoy la totalidad de los servicios a los jubilados debido a la falta de pago. La transferencia de 300 mil pesos que vía fax envió el nivel central logró aplacar los ánimos y mantener hasta el viernes la atención médica de 120 mil afiliados en la ciudad. El encuentro se produjo en la sede de la delegación IX y contó con la participación del interventor local, Ricardo Volpintesta, la delegada de ATE-Pami, Claudia Indiviglia, y representantes de clínicas y sanatorios de la red privada. Según precisó Indiviglia, "de 12 millones que el Instituto le adeuda al sector privado llegarán otros 700 mil pesos durante esta semana". Sin embargo, el colapso financiero sigue latente en el Pami local. El propio Volpintesta reconoció que "si no se destraban al menos 5 millones de pesos de la deuda con el sector privado, podrían cortarse todos los servicios e incluso provocarse un cierre de los policlínicos propios". Por su parte, la red de clínicas y sanatorios que mantienen convenio asistencial con la obra social en Rosario le exigieron al ministro de salud provincial, Carlos Parola, "redefinir" el proyecto de provincialización del Pami bajo la órbita del Iapos. Para la representante de la Red Ace Rosario, Silvia Bertozzi, "la cápita por jubilado aumentaría de 20 a 37 pesos, y para asegurar la misma calidad de prestaciones geriátricas se debería implementar un modelo sanitario específico".
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