Año CXXXV
 Nº 49.365
Rosario,
domingo  20 de
enero de 2002
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Mercados: Devaluación que es revaluación
La adopción de tipos de cambios múltiples desmejoró la competitividad de muchos sectores

Salvador Di Stefano

El gobierno no sólo que se equivocó al salir de la convertibilidad, sino que ha partir de la adopción de tipos de cambios múltiples ni siquiera logró el objetivo de convertir a los sectores exportadores en ganadores. Un caso típico es el del productor agropecuario que anteriormente vendía la soja a futuro a 150 dólares la tonelada y como el tipo de cambio era un peso=un dólar recibía 150 dólares billetes contantes y sonantes.
En la actualidad, un productor agropecuario vende la soja a futuro a 150 dólares la tonelada, por ende va a cobrar el equivalente a 150 dólares por 1,40 que es el tipo de cambio comercial, lo que implica un precio final en pesos de 210 la tonelada.
Si se convirtiera este precio al tipo de cambio libre para que el productor se vuelva a encontrar con los dólares que conseguía en la convertibilidad cuando no existía control de cambios, deberíamos dividir 210 por 2,10 lo que nos daría un precio de 100 dólares.
De esta forma, la devaluación lejos de mejorar la competitividad de este sector exportador (como es el caso de muchos otros) lo desmejoró, por ende con tipos de cambios múltiples hay que enfrentarse a la paradoja de que en lugar de devaluar se revalúa en términos de granos.
Esto seguramente derivará a futuro en una menor superficie sembrada en los años subsiguientes, lo que implicará menor producción y por la tanto una caída en los saldos exportables.
De esta forma, como el país ofertará menos productos al mundo seguramente el precio internacional subirá ante una menor oferta de Argentina.
Resulta increíble cómo el equipo económico termina haciendo lo inverso a lo que quería hacer, simplemente por la desprolijidad de querer imponer un tipo de cambio comercial y otro libre.

Los efectos de la pesificación
Este tipo de consecuencias no deseadas son las que se producen con la pesificación, que no es otra cosa que una estafa a los sectores que depositaron sus ahorros en las entidades financieras y a los que ahora les ofrecen cobrar en pesos lo que depositaron en dólares.
Mañana el gobierno ofrece abrir el corralito, para entregar 5.000 dólares por depósitos a plazo fijo y cajas de ahorro en dólares, pero no entregara dólares sino el equivalente a 5.000 dólares por el tipo de cambio oficial 1,40 que son 7.000 pesos.
Si el ahorrista procede a obtener este beneficio pierde cerca del 34 por ciento ya que con el tipo de cambio libre a 2,10 por cada 7.000 pesos que recibe esta obteniendo solo 3.333 dólares lo que implica una pérdida muy grande por hacer uso del beneficio que le brinda este gobierno.
Algo similar ocurre para aquellos que deseen utilizar el plazo fijo en dólares para pagar impuestos, sueldos, saldos de tarjetas de crédito o bien préstamos. La pérdida frente al dólar libre es muy elevada y como este beneficio no se pierde con el tiempo, lo mejor es esperar que la actual situación no sea sostenible en el tiempo y el gobierno deba abandonar la política de tipos de cambio múltiples por un único tipo de cambio flotante, algo que sucedería muy pronto si los exportadores siguen sin liquidar sus ventas al exterior ante la inequidad que se produce por este tipo de medidas implementadas.
El mercado está muy nervioso y seguramente los ahorristas no conocen de recetas. Hoy están hartos de que este gobierno viole sistemáticamente sus derechos de propiedad y en muchos casos saldrán con pérdidas muy grandes, pero desean poseer el dólar billete en el colchón sin importar la pérdida que deban asumir.

Un mercado nervioso
El desencadenante de la suba del dólar libre fue la posibilidad de que el Banco Central República Argentina (BCRA) le dio a los ahorristas para comprar dólares contra cheques en pesos, esto disparó a la suba a la divisa norteamericana, ante la mayor demanda de los ahorristas que poseían saldos en cuenta corriente y rápidamente los transformaban en dólares billete.
De esta forma, el dólar libre pasa de 1,40 a 1,70 y desde allí en un viaje sin retorno por sobre los 2 pesos por dólar para terminar la semana en 2,10.
El BCRA realizó tímidas intervenciones que no hicieron más que delatar que tiene pocas reservas o esté por realizar una fuerte emisión de dinero o puede flexibilizar el corralito más de lo anunciado y ese dinero ira en busca del dólar billete.
Cualquiera de estas presunciones avalan una suba del dólar libre, o al menos que permanezca en los niveles actuales.
Daría la sensación de que un dólar por encima de 2,30 no es atractivo. Sólo lo es si el gobierno no hace nuevas emisiones de dinero. En cambio toda baja es oportunidad de compra, máxime si el retroceso lleva al peso a una paridad de 1,85-1,90 por dólar. Claramente la divisa norteamericana está mostrando una tendencia alcista, denotando que el mercado observa este plan como inconsistente y de difícil sustentabilidad en el tiempo.
El presupuesto sigue siendo generoso, se proyecta una baja del Producto Interno Bruto (PBI) del 2 por ciento, un 8 por ciento de inflación anual, no se pagan los intereses de la deuda y se mantiene la baja de gasto propuesta por Cavallo. Conclusión: no hay ajuste.
Si bien se anuncian ajustes, éstos no son tales ya que dichas partidas son reemplazadas por mayor gasto social.
El presupuesto 2002 muestra una baja de 8.000 millones en los gastos que surge del no pago de las obligaciones con acreedores externos y la reducción de gastos que realizó Cavallo en agosto del año 2001, cuando bajó el 13 por ciento de los salarios públicos, jubilaciones y pensiones, que se mantiene en el año 2002.
No parece una propuesta seria para salir a buscar fondos al exterior. Además, la ley de leyes prevé un déficit de 2.700 millones de pesos y una emisión monetaria de 3.000 millones para el año 2002.
En conclusión: El tipo de cambio muestra una tendencia claramente a la suba, en la medida que se sigan anunciando medidas de política económica inconsistentes y que terminan en la emisión espuria de dinero.
Por otro lado, la Bolsa comenzó a operar luego de 13 días de espera y sus cotizaciones no alcanzaron a recuperar la suba de la divisa norteamericana a pesar de que descontaron bastante.
Un mercado en donde todos quieren cubrirse y el rey es el dólar libre.



El dólar acabó robándole pantalla al riesgo país.
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