cartas

No somos marionetas

Si no somos permanentes, consecutivos, perseverantes, no se logra. No existe
ningún misterio. Solamente el trabajo, la constancia y la dedicación. No a los bolsones de comida; sí al trabajo. Que los desocupados y los de menores recursos mejoren los cementerios, poden árboles, arreglen las calles, y después el bolsón. Enseñarles que después del trabajo está la recompensa. Reeducar a la población; desarrollar las facultades morales e intelectuales. Educar el
oído; que el telespectador
que está frente a una
pantalla se instruya, se
informe pero que no se
lastime. No somos
marionetas sostenidas por hilos, tenemos brazos y piernas. Aprendamos a
pensar y escuchar. Sólo
nos queda poner todo de nuestra parte; poner nuestra esperanza y sentir que "Dios no nos va a abandonar".
Margarita Costa de Borda