| | Investigan la confusa muerte a tiros de un joven ¿Suicidio o ajuste de cuentas? La pregunta que se hacen los pesquisas. Buscan a probables testigos
| Un muchacho de 19 años murió ayer a la mañana al recibir un disparo de arma de fuego en el abdomen en un episodio que por el momento se presenta como confuso. Los investigadores policiales trataban de establecer si todo se trató de un accidente mientras la víctima manipulaba una pistola 9 milímetros o si en realidad fue un ajuste de cuenta entre delincuentes de la zona. Cristian Britez fue encontrado en el patio de la casilla donde vivía en Campbell al 800 bis, en el barrio de Empalme Graneros. Estaba desvanecido y con dos heridas de arma de fuego: una en el abdomen y otra en la nalga derecha. El muchacho fue llevado por unos amigos al hospital Centenario donde murió 15 minutos después de haber llegado. El caso presenta algunos puntos oscuros. Los detectives de Homicidios y Seguridad Personal que investigan el hecho, juntamente con la seccional 20ª, no encontraron en el lugar donde apareció Britez ningún arma, aunque sí dos cargadores de pistola 9 milímetros. Un oficial comentó que, de acuerdo al testimonio de algunas personas del barrio, Britez estaba manipulando el arma junto a un grupo de amigos. Hasta que en un momento el artefacto se disparó. Algunas versiones indicaban que el propio Britez, portador del virus HIV, habría intentado suicidarse. Otras, en cambio, hablaban de un accidente. Lo cierto es que tras el estampido, los hombres que estaban con la víctima huyeron en diferentes direcciones y el arma desapareció. Con el correr de las horas, y ante los numerosos antecedentes penales que el joven muerto tenía, sumado a que también tenía preso en Coronda a un hermano, la policía comenzó a plantear la hipótesis de un ajuste de cuenta entre delincuentes. Esa conjetura fue tomando fuerza cuando los investigadores no podían encontrar testigos directos del episodio y sospechaban firmemente que el autor del disparo también escapó, llevándose el arma homicida. Por orden del juez Carlos Triglia, el cuerpo de Britez fue sometido a una autopsia. Un informe preliminar de ese estudio reveló que la herida en el abdomen tenía una marca de deflagración, lo que indica que el disparo se hizo desde muy corta distancia, prácticamente con el cañón apoyado sobre la piel. También confirmaría que fue un solo disparo, y no dos, el que le causó la muerte a la víctima. Al parecer un único proyectil ingresó por el abdomen y salió por la nalga. Lo que todavía no pueden develar los investigadores es por qué la mayoría de los compinches de Britez salió corriendo cuando se produjo el disparo. El otro misterio a resolver es saber dónde fue a parar el arma. Una posibilidad concreta es que la 9 milímetros haya sido robada (ayer se decía que tanto Britez como sus amigos tienen numerosos antecedentes penales) y que alguien de su grupo la haya escondido en algún lugar para evitar complicaciones con la policía. Al cierre de esta edición no había en la seccional 20ª detenidos por este caso.
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