Año CXXXV
 Nº 49.361
Rosario,
miércoles  16 de
enero de 2002
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El corralito precipitó una de las mayores crisis de la industria turística
Pasando las vacaciones en el balcón
Se estima que el 75 por ciento de los argentinos no irá de veraneo a ningún lugar. Un verdadero desafío familiar

La crisis y el corralito financiero dejaron a muchos argentinos de vacaciones en su balcón, o bien en situación de canje con los parientes -"una semana voy a tu casa, una semana venís vos"- circunstancias que será necesario afrontar con creatividad, para fortalecer vínculos, en vez de pelearse para siempre con hijos, primos, tíos o hermanos. Un estudio de la Subsecretaría de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires reveló que el 70 por ciento de los porteños no se va de vacaciones este año, porcentaje que llegaría al 85 por ciento en el conurbano y principales ciudades del interior del país.
"Este tipo de vacaciones es un desafío para la familia, porque hay que romper con la cotidianeidad, hay que crear una propuesta para vivir distinto, en casa" dijo el psiquiatra Jorge Alberto Franco, jefe de consultorios externos de Salud Mental en el Hospital de Clínicas.
"Si las vacaciones van a transcurrir con quien no estaba habitualmente en la casa durante el día -reflexionó Franco-, este tiene muchas posibilidades de convertirse en un extraño". Así, la mujer podría llegar a plantearse que tiene más trabajo que nunca: "¿Qué hace este hombre en la casa? A donde quiero limpiar está él, hay que hacer una comida especial" y si encima consideramos que los chicos no van a la escuela, la situación se vuelve un desafío para la integridad familiar".

Redescubriendo las plazas
¿Qué hay de las plazas? La crisis no viene sola: dejaron de ser el punto de encuentro de los vecinos "por el peligro que entrañan", y las madres no pueden dejar allí a sus chicos solos, "porque lo menos que les puede pasar es que le roben la bicicleta". El especialista señaló que "fuera del hogar la familia sigue viviendo esa tensión paranoide y cotidiana de tener que estar protegiéndose y defendiéndose de los robos y agresiones".
La psicoanalista Alicia Dragone, miembro de la Fundación Oídos, prefirió enfocar en los aspectos positivos: "Rescato en estos casos el resurgimiento de la creatividad. Se pueden organizar desde juegos y tareas recreativas, hasta arreglos en la casa donde todos participen", explicó Dragone.
Por su parte, Ada Fanelli, licenciada en Psicología Social, aconsejó "aprovechar esta época para charlar en familia, usar el tiempo en cosas que no se hacen a diario y explicarle a los hijos que esta crisis también pasará". A los chicos "no se les puede mentir, pero no hay tampoco que usar el discurso de echarle la culpa al país, porque es una forma de cerrarles la posibilidad de futuro", apuntó.
Según Fanelli, en épocas de vacas flacas como esta es prioritario darles a los hijos seguridad emocional y decirles que "papá y mamá siempre estarán con ellos. Nada mejor que las vacaciones para enseñarles a reparar las cosas del hogar y a compartir habilidades artísticas; es importante que aprendan que las cosas que se rompen se pueden reparar y que los seres humanos no son descartables", dijo.
Para Franco, "el contacto con la naturaleza es funcional al descanso" por lo que será "muy bueno, si se tiene un pequeño terreno, cultivar hortalizas o cuidar las flores, o en su defecto, llenar el balcón de macetas con plantas".
Sin embargo, el psiquiatra remarcó que en lo posible hay que encontrar sectores de recreación fuera del hogar porque la permanencia continua puede simbolizar encierro, condición que aumenta los fenómenos de irritabilidad. "Aunque yo no me vaya de viaje, tengo que tener pequeñas distancias, es decir, ir a un lugar distinto de mi casa, a una quinta, a un parque, a un club, porque así voy a estar contento de volver a mi casa".
Consecuentemente, una familia de vacaciones en su casa deberá encontrar algún medio como para "oxigenar las relaciones con espacio, para que no haya fricciones, y si ese espacio es verde mejor, porque es revitalizante", consideró.
En la casa, el adulto deberá tener además una gran plasticidad, porque mientras el chico no puede adaptarse a los intereses del padre, éste podrá rejuvenecerse interesándose en los del pequeño. "Es muy importante que el padre fabrique un arco y una flecha, o que comparta el armado de un barrilete con su hijo, porque este acercamiento implica brindarle al niño parte de su historia. Un padre se reencuentra con su infancia en el juego con su hijo", señaló.
Cuando las vacaciones se pasan en la casa de algún familiar, en otra ciudad, lo más recomendable será seguir la máxima que dice "lo bueno, si breve, dos veces bueno" porque, como aseguró Franco, "en pocos días la gente está contenta de encontrarse y muy contenta de separarse, pero si el período se alarga, afloran los problemas". (Télam)



Las plazas se postulan como una opción para el verano.
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