Los Pozos. - Colombia superó a último momento una peligrosísima situación de virtual guerra fratricida, cuando las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Farc) aceptaron los condicionamientos puestos por el gobierno del presidente Andrés Pastrana para mantener con vida los diálogos de paz. Cuando las tropas del ejército estaban listas para ingresar a la zona desmilitarizada y tras seis horas de intensas negociaciones entre la cúpula de las Farc, el delegado de las Naciones Unidas y la comisión de diez países facilitadores del diálogo, el embajador de Francia, Daniel Parfait leyó un documento -consultado y aprobado previamente por Pastrana- que los guerrilleros aceptaron, destrabando así el complicado proceso que había entrado ya en su cuenta regresiva.
El portavoz de las Farc, Raúl Reyes; el delegado de Naciones Unidas, James Lemoyne, y el mediador de la iglesia colombiana, monseñor Alberto Giraldo confirmaron que el presidente colombiano, Andrés Pastrana, y el jefe máximo de las Farc, Manuel "Tirofijo" Marulanda, aceptaron una propuesta de última hora consensuada a sólo cuatro horas del ultimátum por el cual la guerrilla debía abandonar la zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados al sur de Colombia.
Anoche a las 21,30 (hora local, dos más en Argentina) vencía el ultimátum que había dado el presidente Pastrana para que las Farc abandonaran la zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados, pero cuatro horas y media antes de que expirara ese plazo la guerrilla dio el primero de los dos pasos necesarios para continuar con el proceso de paz.
Pastrana había abierto el domingo la última posibilidad de solución a la crisis al señalar al grupo insurgente que pueden salvar el proceso antes de que venza el término que corre actualmente, si hacen una declaración manifiesta y clara sobre si consideran "que existen las garantías para continuar en la negociación".
Un vital grupo de países
"El grupo de países facilitadores integrado por Canadá, Cuba, España, Francia, Italia, Noruega, Suecia, Suiza, Venezuela, reconoce los esfuerzos de las partes en el mantenimiento del proceso de paz, apoya con firmeza una salida política, negociada al conflicto colombiano y está empeñado en la actual difícil coyuntura a hacer todo lo necesario para que el mismo continúe y se profundice", sostuvo la comisión facilitadora.
En ese contexto, consideraron que "existen las condiciones para reiniciar de inmediato los trabajos de la mesa" y exhortaron a las partes "a confirmar los compromisos de esta declaración". Cuando el proceso de paz parecía empantanado y orillaba el fracaso definitivo, las Farc, mediante una declaración de su vocero, Raúl Reyes, aceptó los términos del documento. La guerrilla también aceptó las propuestas del Acuerdo de San Francisco, que contempla el cese bilateral del fuego y de las hostilidades.
El documento de la comisión facilitadora, abonado con el aporte de la ONU y la Iglesia Católica, fue de tono conciliador, suficiente para que las partes se avinieran a continuar las negociaciones. El texto del documento reconoce que Pastrana "ha manifestado que las garantías de la negociación en la zona de distensión están dadas" y que la guerrilla "acepta las garantías para el desarrollo del diálogo y la negociación en la zona de distensión".
Según analistas locales, para el acuerdo fue fundamental el rol que desempeñó el delegado de las Naciones Unidas, James Lemoyne, quien en los últimos tres días gestionó puntos de coincidencia entre las partes para que el proceso de paz no terminara abruptamente y desembocara en un casi seguro recrudecimiento de la violencia interna.
Colombia entera suspiró con alivio cuando con una sola palabra: "Acepto". El vocero de las Farc, Raúl Reyes coronó la lectura del documento de los facilitadores leído por el embajador francés en la zona de distensión. La iglesia colombiana, en una primera reacción, se mostró satisfecha con los resultados de las tratativas. (Reuters, DPA y Ansa)