La entrada en el mercado de medicamentos de la píldora del día después no pasó desapercibida. En marzo del año pasado se aprobó su comercialización en España. Un mes después, la Conferencia Episcopal Española emitió un duro comunicado considerándola un "instrumento de la muerte". Y, en Chile el debate no fue menos intenso. El comité permanente de la Conferencia Episcopal de Chile lo calificó como una técnica "claramente abortiva". "Permitiendo la venta de la píldora del día siguiente, la autoridad pública abdica de nuevo de su gravísima responsabilidad de tutelar siempre la vida humana", reza el comunicado que, el 27 de abril del 2001, emitió la Conferencia Episcopal de España. El texto cuenta con siete puntos entre los que considera que "la administración de salud pone ahora en manos de los usuarios de la píldora del día siguiente un instrumento que permite la realización del aborto sin control alguno". Asimismo apela a que los profesionales de la salud "amantes de la vida humana y coherentes con la conciencia ética" se abstengan de recetar o recomendar el uso de "este instrumento de la muerte" y recuerda que las autoridades tienen la obligación de permitir el ejercicio de la objeción de conciencia. "Exhortamos a todos, una vez más, a respetar y cuidar la vida humana. Nadie con conciencia recta querrá contribuir a la confusión entre el bien y el mal, un signo tan triste de la llamada cultura de la muerte, que induce a matar haciendo creer erradamente en que así se sirve a la vida", indica el documento y asegura: "El problema de los embarazos no deseados y no deseables por ser fruto de relaciones sexuales irresponsables, en particular entre los más jóvenes, no se puede tratar de resolver con mayor irresponsabilidad aún". En cambio, los clérigos españoles proponen que se ayude a los adolescentes a "comprender y vivir con verdad su propia sexualidad" y, en este sentido recomienda "muéstrenles cómo la castidad, lejos de recortar las posibilidades de la existencia humana, permite integrar en la libertad los instintos y las emociones capacitando para un amor auténtico". En la misma linea, el comité permanente de la Conferencia Episcopal de Chile hizo escuchar su voz en marzo del año pasado. "La Iglesia tiene la vocación de insistir en la protección de toda vida humana desde sus inicios. Ante el desafío de formar adecuadamente las conciencias de sus fieles, sobre todo frente a la creciente mentalidad individualista que favorece el uso irresponsable de la sexualidad, creemos que es tiempo que en nuestra sociedad se promueva una educación afectivo-sexual orientada a vivir responsablemente la sexualidad", advierten.
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