Los hospitales públicos municipales podrán prescribir o suministrar las píldoras anticonceptivas de emergencia (PAE) -más conocidas como pastillas del día después- de acuerdo a una ordenanza sancionada por el Concejo Municipal. Así, Rosario será la segunda ciudad del país que incluya estos anticonceptivos en la salud pública. Las PAE se utilizan para evitar la concepción después de haber tenido relaciones sexuales sin protección, o cuando fallan otros métodos. Y si bien los médicos aclaran que no es un medicamento abortivo, las voces de la Iglesia ya se hicieron escuchar.
La iniciativa, que recibió el visto bueno del Concejo hace un mes, estipula que las mujeres que se atienden en efectores públicos municipales puedan acceder a las píldoras anticonceptivas de emergencia.
Este método se usa para prevenir embarazos no deseados si se han mantenido relaciones sexuales sin protección, cuando los métodos usados fallan, o en casos de violación o actos sexuales coercitivos. Las pastillas se deben tomar antes que se cumplan las 72 horas desde el momento del acto sexual y pueden ser usadas por cualquier mujer en edad de procrear.
En las farmacias, las píldoras del día después se comercializan, bajo receta médica, hace ya tres años. La marca más conocida es el Imediat y cuesta alrededor de 20 pesos.
"Lo que buscamos es que las mujeres que concurren a hospitales públicos tengan igual información y la misma posibilidad de planificar sus embarazos que aquellas que se atienden en el sector privado", indicó la concejal Silvana Svatetz (Frente para el Cambio) y resaltó: "Sólo de esta forma se garantiza formalmente la igualdad de oportunidades".
Un 75 por ciento de efectividad
Los anticonceptivos de emergencia reducen el riesgo de embarazo en un 75 por ciento y aunque se toman después de tener relaciones sexuales, los médicos aclaran que no se trata de medicamentos abortivos sino de una combinación de hormonas que produce una alteración del proceso de fertilización.
"Quien lo considera un método abortivo no tiene claro algunas cosas", expuso el profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario, Walter Barbato.
"Si estas pastillas se toman antes de que la mujer tenga su ovulación, sólo la postergan. Si ya ovuló actúan antes de que el óvulo esté anidado", explicó el profesional y resaltó que "de ningún modo tienen efecto si el huevo fecundado ya se ha implantado", por lo cual si alguna mujer toma estas pastillas después de las 72 horas el embarazo no se interrumpe.
De todas formas, este método podría impedir tres de cada cuatro gestaciones no deseadas y reducir, consecuentemente, el índice de la práctica de abortos.
"La anticoncepción de emergencia podría prevenir muchas muertes y sufrimientos innecesarios. También podría reducir la creciente presión en torno a la disponibilidad de camas de hospital, personal de enfermería, suministro de sangre y medicamentos para tratar las complicaciones que llegan a amenazar la vida de las mujeres que se someten a abortos realizados por personas no entrenadas y en condiciones no sanitarias", advierten los considerandos del proyecto.
El suministro de estas píldoras en la salud pública esta previsto en Chile y en España. Y en Francia se distribuyen, dese hace dos años, en los colegios secundarios como una medida para bajar los índices de abortos.
Un poco más cerca, en la provincia de Mendoza se resolvió en 1999 incorporar las píldoras anticonceptivas de emergencia a los métodos usados por el Programa de Salud Reproductiva.
Su utilización efectiva ocurrió un año después y aunque el uso formal todavía es muy bajo, "lo importante es que las mujeres conozcan que tienen esta posibilidad", indicó la responsable del programa, Ana María Andía.
En Mendoza, se llegó incluso a capacitar a los responsables de comisarías para que cuando reciban denuncias de violaciones se recomiende a la víctima la visita a un efector de salud para solicitar esta medicación.
"Ya hemos incorporado información sobre los anticonceptivos de emergencia en toda nuestra folletería y capacitado a médicos y enfermeras sobre su prescripción. Si la gente no la conoce, no recurrirá a ella. Pero estoy segura que tampoco podremos bajar los índices de abortos", concluyó Andía.
La Ciudad
