Si Gabriel Batistuta había soñado un retorno triunfal tras su lesión del pasado 9 de diciembre no lo pudo imaginar mejor: relegado ayer al banco de los suplentes por el técnico Fabio Capello entró al comienzo del segundo tiempo y marcó a los 90 minutos el gol que le dio a Roma el triunfo sobre Verona y le permitió retener la punta del calcio. La del atacante argentino fue una reaparición espectacular, después de que -sorprendiendo a los 60.000 tifosi presentes en el estadio Olímpico-, el técnico Fabio Capello -quien siguió el partido desde la tribuna por estar suspendido- había decidido no hacerlo jugar como titular. Sin Batistuta, Roma jugó un primer tiempo lamentable y perdía por 1-0 cuando, en el primer minuto de la etapa complementaria, el argentino hizo su ingreso en el campo de juego, saludado con una prolongada ovación por los fanáticos del equipo capitalino. Esa desventaja se multiplicó ocho minutos más tarde, cuando el rumano Adrian Mutu obtuvo el segundo gol para Verona. Pero Batistuta mostró un minuto más tarde su peso decisivo. Disputó con fuerza un balón aéreo con Zanchi, y el obligado débil rechazo del defensor fue aprovechado por el brasileño Assunçao, quien achicó diferencias con un certero remate. A los 63' igualó el juvenil Cassano, quien exhibió un gran entendimiento con Batistuta y Totti. Y luego de varios intentos, llegó el apoteótico gol del Bati. Ya se habían superado los 90' y el árbitro Stefano Braschi se disponía a poner fin al cotejo: un centro del brasileño Cafú fue desviado de cabeza en el área por su compatriota Emerson y Batistuta, a dos metros del arco, depositó el balón en la red. Volvió Batistuta. Volvió el gol. Ganó la Roma. Y Bielsa respira aliviado por el retorno del gran delantero de la selección. (Ansa)
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