Año CXXXV
 Nº 49.359
Rosario,
lunes  14 de
enero de 2002
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Esperan que las nuevas medidas económicas reactiven la producción del campo
Preocupa la grave situación de los transportistas en el sur provincial
Sostienen que el incremento del precio del gasoil y la baja en los cereales perjudican el comercio

Carlos Walter Barbarich

Venado Tuerto. - La delicada situación económica por la que atraviesa el transporte de cargas y pasajeros en el sur provincial amenaza con convertirse en caldo de cultivo de inminentes protestas sectoriales. Baja rentabilidad, tarifas devaluadas y altos precios en los combustibles son algunos de los factores que atentan directamente contra el desarrollo económico. Pese a ello, muchos camioneros opinan que las nuevas medidas económicas "pueden llegar a favorecer al campo" ya que los comodities agropecuarios se cotizan en dólares y la devaluación los beneficiará.
"Esperamos que si esta situación se da, se traslade a las tarifas", señaló un camionero venadense. Sin embargo otro, de Chovet, admitió que la realidad del sector "es desesperante" y atribuyó esa situación "a la baja registrada en los precios de los cereales, con lo cual el productor no puede pagar las tarifas, y al incremento desmedido que sufrió el gasoil en los últimos meses".
Idéntica situación fue descripta por camioneros de Murphy y de Venado Tuerto consultados por La Capital. Sostuvieron que las tarifas para el acarreo de cereal desde planta a puerto "están muy por debajo de los valores históricos". No obstante, reconocieron que el campo no está atravesando por su mejor momento y dijeron que esa situación los perjudica en forma directa.

Números de la crisis
La suerte del transportista rural está sujeta a los períodos de bonanzas de los productores agropecuarios y "en estos momentos, los valores de los cereales son muy bajos por lo que se hace imposible plantear medidas de fuerza contra los colonos para elevar las tarifas", dijo un camionero venadense. Un viaje a puerto desde Chovet, tomando como medida las actuales tarifas que están por debajo de la línea estipulada por el sector, cuesta alrededor de nueve pesos la tonelada (es decir que un viaje de 30 toneladas vale alrededor de 270 pesos) cualquiera sea el cereal transportado.
El precio del quintal de maíz no alcanza los nueve pesos, por lo que la mercadería de un camión negociado en puerto es de alrededor de 2.700 pesos y, sólo de transporte, el colono tiene que pagar 270 pesos por unidad vendida: el 10 por ciento del producto es destinado por los chacareros al pago del transporte.
"A nosotros no nos queda nada como transportistas y a los productores agropecuarios se les va el 10 por ciento en flete. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que este trabajo no es rentable para nosotros y a los colonos se les hace difícil pagar las tarifas", describió un transportista.
Un viaje desde Venado Tuerto o de pueblos aledaños hasta los puertos de Rosario o San Lorenzo -el destino de la mayoría- representa un gasto de más de 120 litros de gasoil. Esto significa que de combustible solamente se gasta alrededor de 75 pesos por viaje. Los peajes, el estacionamiento en el puerto y la comida insumen al chofer otros 25 pesos. Si a eso se le suma la amortización del vehículo, el desgaste de cubiertas y aceite, las ganancias son mínimas.

Baja rentabilidad
El aumento del gasoil "representa la mitad de la ganancia neta de un flete", dijo un camionero de Murphy, para agregar que "con los peajes (seis desde Venado hasta Rosario o San Lorenzo), el negocio se hace muy difícil". Desde el fin del menemismo el precio del gasoil aumentó considerablemente. Al asumir Fernando de la Rúa estaba en el orden de los 40 centavos por litro mientras que en la actualidad, aunque el precio está desregulado, no baja de los 60. "Muchas de las cerealeras con las que trabajamos no pagan los peajes y los derechos de estacionamiento en el puerto", dijo Juan, un camionero venadense, y agregó que "con estos gravámenes, es imposible que el negocio sea rentable, sobre todo porque el precio de las tarifas está muy devaluado".
El trabajo de los camioneros es estrictamente estacional, ya que los períodos de mayor demanda son los vinculados a las cosechas de soja (mayo y junio), maíz (febrero y marzo) o trigo (diciembre), aunque en este caso la demanda es menor.
Para combatir la estacionalidad del trabajo muchos transportistas optan por desplazarse a otros lugares. Por ejemplo, en estos momentos la cosecha fina (trigo) se encuentra a pleno en la zona de bonaerense de Necochea, Tandil, González Chaves o Tres Arroyos. Sin embargo, las expectativas de trabajo allí "no son las mismas de otros años" y el adelanto de dinero, como consecuencia del corralito, "sólo se limita a pequeñas sumas que hacen imposible que uno se pueda quedar a trabajar".



Peajes, comidas, combustible y rentabilidad mínima.
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