El gobierno salió ayer a responder en duros términos los cuestionamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI), al señalar que "cuanto menos hablen mejor".
El FMI le pidió a la Argentina mayor coherencia en su plan económico para obtener asistencia de ese organismo, y del lado argentino la réplica no se hizo esperar. "Estamos trabajando en dirección muy coherente con lo que es un programa consistente y razonable y francamente no necesitamos que cada dos minutos un funcionario del FMI nos esté diciendo cómo recorrer un camino en el cual estamos hace apenas siete días", disparó el viceministro de Economía, Jorge Todesca.
A pocas horas de que arribe al país una misión del organismo internacional, la primera desde que Eduardo Duhalde asumió la presidencia de la Nación, el gobierno salió al cruce de las exigencias del Fondo que viene propiciando la implementación de un tipo de cambio flotante para el país.
La estocada del gobierno argentino a través de la voz del viceministro de Economía fue por demás osada, teniendo en cuenta que de la recomposición de las relaciones con el organismo depende el desembolso -o al menos la negociación para ello- de un nuevo préstamo para la Argentina.
Este no es un detalle menor si se tiene en cuenta que la sustentabilidad del plan que lanzó el equipo económico comandado por Jorge Remes Lenicov depende en buena medida de esos desembolsos externos, que le permitirían al gobierno inyectar cierta liquidez a la economía y además hacer frente al compromiso de resarcir a los bancos por los efectos de la devaluación y la pesificación de los créditos.
El FMI, a través de la vicedirectora gerente Anne Krueger hizo saber al gobierno argentino que el organismo auxiliará a la Argentina cuando adopte un programa económico "coherente", ya que considera "insostenible" el plan encarado por el gobierno de Duhalde.
Krueger, que sostuvo que la paridad cambiaria establecida por la administración Duhalde resulta "insostenible" en el largo plazo. La propuesta del Fondo sería implementar un tipo de cambio flotante y no un tipo de cambio múltiple como hoy rige en la Argentina.
Con respecto a la posibilidad de que se retome la asistencia financiera del Fondo a la Argentina, Krueger precisó que se resolverá luego de estudiar en detalle el plan económico argentino.
Frente a estas declaraciones, Todesca no ocultó su ofuscación por las sugerencias que el FMI realiza "a 10.000 kilómetros de distancia, sin un buen conocimiento de la situación".
En consecuencia, el funcionario sostuvo que "cuanto menos hablen (los hombres del FMI), en la medida que no tengan nada interesante para decir, que nos dejen trabajar unos días más, que podamos equilibrar la situación económica y social, y vamos a tener un plan para presentar al Fondo, y recuperar la asistencia internacional".
Por su parte, Todesca enfatizó que el gobierno tiene "un programa de desarrollo para la Argentina, que no sé si a la señora Krueger le interesa, pero a los argentinos sí nos interesa".
Planteo "incoherente"
"La señora Krueger, realmente, a los pocos días de llegar el gobierno envió una carta, que en sí misma era bastante incoherente, planteando una serie de cuestiones que no se sabían si eran condicionamientos o no, que yo considero que es ofensiva para la República Argentina", subrayó el número dos del Palacio de Hacienda.
Por su parte, el secretario de Finanzas, Lisandro Barry, confirmó que mañana llegará a Buenos Aires una misión "estrictamente técnica" del Fondo Monetario para prestar asistencia para resolver los problemas del sector financiero.
"Es una misión técnica para empezar a trabajar en un sector que es absolutamente crítico", explicó Barry y anticipó que los especialistas del organismo trabajarán con un equipo de la Secretaría de Finanzas y del Banco Central para resolver los "problemas coyunturales y estructurales del sistema financiero".
Si bien Krueger señaló ayer que "el Fondo ayudará con consejos de política y asistencia técnica mientras (los argentinos) comienzan a tener un programa coherente", Barry anticipó que Argentina va a necesitar "no sólo el apoyo moral y técnico, sino el apoyo financiero".
El funcionario aseveró que el gobierno no hablará del monto de la asistencia requerida, primero porque no sabe si la conseguirá y segundo porque no quiere crear "efectos contraproducentes en las instituciones internacionales" planteando números que puedan representar una "extorsión" o una "presión".
El que avisa no es traidor
Barry agregó que el gobierno le transmitió al FMI que reconoce que algunas de las medidas aplicadas en los últimos días "no se coinciden con la filosofía general" del organismo, pero señaló que "era necesario tomarlas por la situación explosiva en la que se encontraba Argentina hasta hace pocos días", agregó.
El secretario de Finanzas afirmó que el FMI hubiera preferido una libre flotación de la moneda, algo que el gobierno se comprometió a aplicar en los próximos meses, sin fecha definida todavía.
Sin embargo, Barry aclaró que "el FMI de ninguna manera establece que Argentina tiene que poner un cronograma rígido para llegar a la flotación dentro de tres días, ni mucho menos".
De todos modos, el secretario de Finanzas reconoció que "Argentina debe haber batido todos los récords de planes sacados de la galera, básicamente inconsistentes, sacados de ideas mágicas que iban a producir el equilibrio maravilloso".
Las críticas de Krueger al programa económico argentino están centradas en la existencia de un tipo de cambio doble, con un dólar oficial, fijado por el gobierno en 1,40 pesos, y otro libre, que determina el mercado y ayer operó en torno de 1,70 pesos.
El gobierno aspira a resolver los inconvenientes planteados con el sistema financiero y luego diseñar un presupuesto equilibrado para este año y luego sentarse a negociar con los organismos multilaterales de crédito la reformulación de los acuerdos de financiamiento que quedaron suspendidos después de la declaración de cesación de pagos y la salida de la convertibilidad.