Además de ser notoriamente psicópata e hipocondríaco y tener, según parece, un sólo testículo, en sus últimos años Adolf Hitler tomaba al menos 28 pastillas por día debido a una serie de perturbaciones físicas. "De la buena resistencia física de Hitler no se puede hablar más a partir de 1941", detalla el dossier de la CIA. "Desde inicios de 1942 su estado de salud comenzó rápidamente a decaer" plantea el texto. El diario alemán Bild precisó que durante la guerra su médico personal, el doctor Morell, suministró al dictador un total de 90 medicinas diferentes que iban desde potentes somníferos a sustancias excitantes para combatir el cansancio crónico que lo aquejaba. Según la reseña que Bild hace de los actas de la CIA, Hitler odiaba literalmente el deporte y no se interesaba mínimamente por ninguna actividad física ni al aire libre ni cerrada. Su único empeño físico eran las largas caminatas "que hacía regularmente".
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