Desde antes de asumir como ministra de Educación, Graciela Giannettasio mencionaba su intención de convocar a todos los sectores vinculados a su cartera. Esta decisión incluyó a sus pares provinciales, a los gestores de la educación pública y privada, a los rectores reunidos en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y a los gremios docentes nacionales. La actitud de apertura al diálogo es al menos una buena muestra de una práctica democrática, aún cuando sabe de antemano que no podrá responder en forma inmediata a todas las demandas del sector sindical, en especial en lo que respecta al pago del Fondo de Incentivo Docente. La disposición al debate y a escuchar distintas opiniones posiciona a Giannettasio en un buen comienzo, que no deberían desconocer algunos funcionarios que ocupan similares cargos, y que en algunas ocasiones se han jactado de "no discutir políticas educativas con el gremio docente". M.I.
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