Pacientes trasplantados alertaron sobre las dificultades para la adquisición de drogas inmunosupresoras -que impiden el rechazo de los trasplantes por parte del organismo-, durante una reunión realizada ayer al mediodía en las escalinatas de la catedral metropolitana. "Nosotros nos vamos a morir, el tema es así de simple y así de grave", sintetizó con toda crudeza Alicia Barbeto, quien desde hace tres años vive con un hígado trasplantado.
Acompañados por voluntarios de la Red Solidaria, un grupo de entre 15 y 20 pacientes con diferentes trasplantes reclamaron la normalización en el suministro de medicamentos del grupo de las ciclosporinas.
En su mayoría, son afiliados al Pami, y cuando han concurrido estas últimas semanas a una farmacia adherida a requerir su medicación, se encontraron con un "lo siento, pero los laboratorios no nos están entregando", situación que éstos niegan, en tanto adjudican el "no" de las farmacias "a la deuda que el Pami mantiene con ellas", coincidieron en denunciar.
El titular de la Red, Juan Carr, dijo que "el sábado por la tarde se comenzó a recibir en la entidad llamados de pacientes trasplantados que nos informaban sobre dificultades en la adquisición de drogas". A cargo de la comisión Mirando al Sur -integrada en su mayoría por pacientes operados en el hospital Cosme Argerich-, Barbeto no dudó en expresar su indignación "ante la falta de respuesta de las autoridades".
"Hay trasplantados en Mendoza que ya están manifestando el rechazo de sus órganos -advirtió-, por más que hace tres meses que denunciamos esta situación". A su lado se encontraba Roberto Toledano, de 47 años, quien según sus propias palabras vive "por el milagro de alguien que me devolvió la vida", desde hace un año y medio, cuando recibió un trasplante del corazón. "Mi caso es alarmante -calificó- porque me quedan pocas pastillas para seguir viviendo; sin estos remedios me voy a morir".
Un nutrido grupo de personas que se fue acercando, primero por curiosidad ante los micrófonos y cámaras y luego para escuchar los testimonios de los afectados por la falta de estos medicamentos, expresó su solidaridad con los pacientes. Uno a uno, los trasplantados querían que todos conocieran sus historias: Graciela Rubino, una joven madre de tres niños y sostén del hogar, a la espera de un corazón para ser trasplantada, expresó su angustia en caso de tener la suerte de lograr el órgano y se preguntó: "¿Qué es lo que me va a pasar después si no aparecen los medicamentos?".
Nelly Nogueira, a quien en julio de 2000 le trasplantaron un hígado, aseguró que "en la comisión se han recibido llamadas desde San Juan, Mendoza y Chubut de pacientes con el mismo problema".
"En mi casa tengo remedios para uno o dos meses -apuntó- y hasta ahora los intercambiamos entre nosotros, pero esto no puede seguir por mucho tiempo". Ante esta situación, el secretario de la Cámara de Farmacias Sindicales, Carlos Villagra, anticipó que en todo el país las "farmacias reanudarán la atención al Pami a partir del próximo lunes", tras la promesa del gobierno de abonar parte de la deuda que el Estado tiene con el sector. La medida "también alcanzará a las obras sociales provinciales que se vieron afectadas por el corte del servicio", añadió el funcionario, aunque condicionó la postura al pago de los 100 millones de dólares que el Estado se comprometió a pagar.
Si bien desde el ámbito oficial se adelantó la llegada de insulina al país proveniente de Brasil -luego de la falta registrada en los últimos días- "como todavía no hay nuevas autoridades, no sabemos qué respuesta darle a los diabéticos cuya vida depende de ese medicamento", concluyó Carr. (Télam)
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La Ciudad
