El efecto de la devaluación se sentirá en las próximas semanas en los precios -en pesos- de los autos cero kilómetro, según sea el componente importado que tenga cada vehículo, o total en el caso de los producidos íntegramente en el exterior. Por otra parte, los créditos prendarios realizados en el pasado se pesifican, tal cual lo establece la ley de emergencia sancionada el fin de semana pasado para las deudas con el sistema financiero que es por donde se canalizaron la inmensa mayoría de estas operaciones. En tanto, la escasez de efectivo e ingresos de la población en pesos, junto a un aumento de los precios hace prever que el mercado interno caiga a la mitad de lo que fue el pésimo 2001. No obstante, las terminales que están asentadas en el país esperan incrementar su producción en función de su mejor competitividad internacional y destinar el grueso de lo que fabrican a la exportación.
Quienes tengan créditos prendarios por la compra de automóviles pueden respirar tranquilos ya que son contemplados dentro de la ley de emergencia y sus deudas se pesifican, siempre y cuando el monto no supere los 100 mil dólares.
En ese sentido, Alfredo Pesado Castro, titular de la concesionaria Pesado Castro Motors, indicó que es así ya que la mayoría de los créditos se implementaron a través de bancos o entidades financieras de las propias terminales.
Al respecto, Alberto García Carmona, director de Asuntos Públicos de General Motors, señaló que "en principio las deudas se pesificarán, sólo nos falta saber cómo entran en el esquema de pesificación las financieras" de las terminales.
A la vez, los que eligieron la compra de un auto para sacar la plata del corralito financiero hicieron un negocio redondo ya que pagaron precios en dólares a la paridad uno a uno. Ahora, esta sigue siendo una opción para salir pero para quien tenga dólares depositados ya que quien tenga pesos quedó en desventaja.
Lo cierto es que hoy por hoy no hay mercado automotor. Las concesionarias siguen a la expectativa de las estrategias que están definiendo las terminales y por las dudas esperan.
Los precios
El impacto de la devaluación en un producto de alta integración con el exterior como es el automóvil será un aumento de los precios en pesos. Al respecto, García Carmona señaló que "eso dependerá de la incidencia de lo importado en cada modelo". Algunos copiarán el porcentaje de la devaluación y otros amortiguarán ese efecto.
Hugo Belcastro, presidente de la mayor importadora del país y distribuidor de las marcas Isuzu, Rover y MG, enfatizó que "todo el sector está en la misma situación, por ejemplo Fiat produce un solo modelo en el país -el Siena- e importa doce, y el que produce tiene un alto porcentaje de importado, además la mayoría de las terminales son ensambladoras".
La previsión es que los precios se mantendrán expresados en dólares, mientras que los precios en pesos aumentarán según el contenido importado que tengan. Se estima que en el corto plazo puede haber hasta incluso rebajas, pero por situaciones puntuales de sobrestock. Una vez que esto se normalice, los ingresos constantes y pesificados de los argentinos alcanzarán para comprar una porción menor de auto. Además, en el sector se estima que no habrá crédito en pesos -porque nadie querrá cobrar ni pactar en pesos-, ni en dólares -ya que nadie querrá endeudarse en moneda extranjera-, lo que significará el fin del financiamiento.
Mercado interno y externo
El resultado, para Belcastro, será que "el mercado argentino caerá a la mitad". Si en 2001 se vendieron 176 mil autos, en el 2002 se patentarían seguramente menos de 100 mil.
Se espera que el mercado interno caiga, pero para las terminales no hay mal que por bien no venga. La devaluación mejorará la competitividad de la industria local que profundizará el sesgo exportador que ya venía sosteniendo en los últimos tiempos.
El ejecutivo de General Motors destacó que "en Rosario estamos bien con la producción, el 60 por ciento de lo que se fabrica ya es para exportación, y así vamos a compensar la crisis local con ventas al extranjero".