Fernando Gabrich
El tipo no para. Se mueve de un lado a otro como si estuviera adentro de una cancha. Pero esta vez el escenario es otro. Más grande y más tranquilo. Sus vacaciones se convierten en una frenética recorrida por los sitios que tanto añora cuando la vida transcurre sobre el cemento infernal de Buenos Aires. Asado con los ex compañeros del club Atlético, las reuniones familiares, charlas extensas con amigos en la tranquilidad de su bucólico Elortondo, algún picado liviano e informal y las constantes felicitaciones por el título logrado. Rafael Maceratesi disfruta su momento. Y vaya si lo tiene merecido. El delantero de Elortondo fue partícipe de un año histórico para el fútbol argentino. Su fuerza, su empeño y sus goles contribuyeron para que Racing rompiera con esa sequía de laureles que llevaba 35 años y se quedara con el torneo Apertura. Un fin de año que difícilmente imaginó que iba a tener."Uno siempre sueña ganar un campeonato, y más en un club como Racing que estuvo tanto tiempo si lograrlo, pero nunca me imaginé todo lo que vivimos. Fue increíble", abrió el diálogo el ex atacante de Central. -Fueron paso a paso como decía Merlo. -Nosotros sabíamos que debíamos ir paso a paso. Lo que decía Merlo era cierto, ya que con toda la carga que tenía Racing más el hecho de ser un equipo en formación, si de entrada pensábamos en el campeonato y después perdíamos un partido no nos levantábamos más. Por eso te repito, lo del paso a paso de Merlo no era verso. -¿Cómo hacían para controlar la ansiedad de una hinchada que hacía 35 años que no festejaba un título local? -La gente estaba muy ansiosa y a pesar de que cuando entrábamos a la cancha y veíamos ese marco de público, que además lo palpábamos en cada entrenamiento y en la vida cotidiana, tratábamos de mantenernos al margen y creo que lo logramos. Es decir, éramos realistas que teníamos que mejorar mucho y esa fue nuestra meta: crecer en cada partido si queríamos lograr el objetivo del título. Así fue todo el torneo, corregir errores y no repetirlos. -¿Qué virtud podés resaltar del equipo? -La concentración, la solidaridad y la entrega de todos en cada partido. En muchos encuentros nos faltó juego, pero lo pudimos compensar con el sacrificio. -Se dice que los equipos campeones se hacen en base a un gran grupo humano, ¿en Racing fue así? -Sí, la verdad que sí. Si bien nosotros éramos todos nuevos y apenas nos conocíamos, enseguida se armó un grupo humano muy bueno. Así que eso del grupo humano no es verso, los equipos que consiguen logros importantes es porque la relación fuera de la cancha es muy buena y en Racing pasó eso. -¿Te dolía cuando se criticaba la forma de jugar que tenía el equipo? -Particularmente no me afectaba. En este país siempre es así, todos opinan de todo y no se preocupan de lo suyo. Nosotros los partidos que ganamos fueron con claridad y sin ayuda de los árbitros como algunos también decían. Salvo con Boca, que nos superó ampliamente, en el resto de los encuentros fuimos superiores a todos, sin brillar, pero fuimos superiores. -¿Tomaste conciencia de que quedaste en la historia de uno de los equipos más grandes del país? -Tal vez todavía no tomamos la conciencia de lo que significa este título. De a poco vamos cayendo, porque la verdad fue algo increíble. Ver las lágrimas de tanta gente cuando dimos la vuelta olímpica fue impresionante, y a medida que pasan los días más me doy cuenta del logro que obtuvimos. -Y ahora ya están obligados a seguir peleando. -Ahora quiero disfrutar de las vacaciones porque fueron seis meses con mucha tensión donde había mucho en juego y sabíamos lo que significaba ganar ese campeonato. Y encima se venía River. Así que ahora disfruto un poco, pero claro que uno no se queda con lo que ganó y quiere seguir progresando. -Además en los últimos días de la definición el país explotó. -Sí, fue muy tensionante, porque nosotros no estamos ajenos a lo que pasa en el país. Tenemos familia, amigos y fueron días muy duros. El tema principal en eso días era el caos que había en el país. Nos faltaba la última fecha y estábamos todo el día hablando del conflicto social, más allá de que nos jugábamos cosas importantes. Intentábamos que esos problemas no nos afectaran, pero estaban todos los equipos iguales y nosotros teníamos una ventaja que por suerte la pudimos mantener en esa última fecha. -Al menos pudieron darle alegría a un grupo grande de gente. -Sí, por lo menos a la de Racing y a otras hinchadas que querían que fuéramos campeones. Eso te pone contento porque aunque sea por una noche o un día, brindar alegría es algo que te hace sentir bien. -Empezaste como titular, después fuiste al banco y terminaste como titular, ¿creés que todavía te queda mucho por rendirle a Racing? -Sin dudas uno siempre tiene cosas por mejorar, si bien cuando arranqué no estaba jugando mal, el hecho de no convertir goles me hizo ir al banco. Pero a Mostaza no le puedo reprochar nada, porque cada vez que iba al banco me daba la oportunidad de jugar muchos minutos, ahí tuve la suerte de hacer goles importantes y mejorar mi rendimiento. Y después me puso como titular cuando la mano se venía difícil. Eso me dio mucha gratificación y una motivación para encarar el próximo torneo. -Merlo es una persona que inspira simpatía y honestidad a quienes no lo conocen, ¿cómo es en la intimidad? -Como entrenador es un tipo muy perfeccionista que te remarca mucho los errores y como persona me parece un tipo muy honesto. Y eso es lo que más rescato de él. Después, cada uno puede estar contento por jugar o no, pero en estos seis meses lo más importante fue que demostró ser una hombre honesto. -¿Notaste algún cambio en el paso de Central a Racing? -El cambio se notó. Para colmo fuimos todo el campeonato punteros y la prensa y la gente estaba continuamente con nosotros. En Buenos Aires le dan mucha más manija a los equipos de ahí que a los del interior. Incluso los equipos chicos de allá tiene mucho más prensa que los grandes del interior. Nosotros con Central salimos subcampeones en el 99, llegamos a la semifinal de la Copa Libertadores y en Buenos Aires pareciera como que no hubiéramos hecho nada. Si esa campaña la hubiera hecho un equipo de allá, la repercusión hubiese sido otra.
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