El cuadro de desabastecimiento de medicamentos, que se acentuó ayer en distintas ciudades y obligó al cierre de farmacias en el interior y a la suspensión de atención en un hospital público platense, fue coincidientemente asociado, por distintos sectores, como la consecuencia de maniobras especulativas ante la inminente salida de la convertibilidad. Así, para abortar las operaciones en un segmento altamente sensible, el Gobierno podría disponer en las próximas horas precios máximos para medicamentos de primera necesidad, mientras se anunciaba el despacho de un embarque desde Brasil con "productos destinados a la lucha contra el sida, tratamientos de oncología y diabetes", gestionado por el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, ante el presidente Fernando Henrique Cardoso. No obstante, el origen del desabastecimiento seguía siendo hoy motivo de inquietud, ya que, mientras los laboratorios aseguraban que se encontraban vendiendo con normalidad, los farmacéuticos denunciaban que no encontraban reposición, que escaseaban algunos productos y que la cadena de pagos se hallaba fácticamente rota. Sin embargo, en un mercado altamente perimido por la recesión, la caída de ventas y las fuertes deudas que arrastran con las farmacias las obras sociales y las prepagas, todos los cañones apuntaban al circuito de droguerías y distribuidores de segunda línea como responsables de haber comprado grandes volúmenes de medicamentos a los laboratorios en los últimos meses y mantenerlos estoqueados a la espera de la devaluación. En este sentido, el titular del Centro Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA), Hernán López Bernabó, negó que la industria esté desabasteciendo de productos medicinales al mercado y afirmó que están "en absolutas condiciones de seguir abasteciendo al país". En tanto, Daniel Alvarado, presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina (CFA), aseguró desconocer "si es problema de las droguerías o los laboratorios que no entregan", pero denunció que el desabastecimiento "comenzó a pesar en algunas farmacias del interior, como Córdoba y Rosario, que debieron cerrar". "Los medicamentos son tan caros que no deberían aumentar", aunque aumente el valor de algunos insumos importados por la inminente devaluación, opinó Alvarado, cuando fue consultado sobre si la salida de la convertibilidad podría tener un impacto directo en el sector.
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