El presidente Eduardo Duhalde se dedicó ayer a mantener reuniones con legisladores, sindicalistas y empresarios, a quienes explicó aspectos de su programa de gobierno para los próximos dos años y especificó a grandes rasgos los lineamientos de las nuevas medidas económicas.
Duhalde fue contundente al advertirles a sus interlocutores que "la devaluación está descontada hoy en la Argentina", porque es inevitable para abandonar la convertibilidad y el modelo económico que, a su entender, ya cumplió su ciclo hace cinco años.
Con el mismo tono que utilizó en sus dos últimas campaña proselitistas (1999 y 2001), el jefe del Estado reiteró la necesidad de establecer una "alianza con la comunidad productiva" para reemplazar a la "alianza entre el poder político y el financiero" que provocó la "liquidación de la clase media".
De inmediato, Duhalde sentenció que "la comunidad productiva es la que debe gobernar en el país", e insistió que el país está "quebrado, fundido".
Estos conceptos fueron escuchados de boca del primer mandatario por los senadores y diputados justicialistas, los máximos dirigentes sindicales, entre ellos los líderes de las dos CGT, Rodolfo Daer y Hugo Moyano, y el conductor de la CTA, Víctor de Gennaro, además de un importante grupo de empresarios y supermercadistas.
De Gennaro fue el primero en recepcionar la posición del presidente durante una visita que le hizo temprano en la Casa Rosada, tras la cual Duhalde se dirigió hacia la quinta de Olivos para continuar con varias reuniones destinadas a esclarecer su línea de gobierno.
A pocas horas del envío al Congreso del proyecto de ley que establece el nuevo programa económico, Duhalde enfatizó ante los empresarios que su principal compromiso será "garantizar" a paz social en el país, porque "un paso más abajo nos llevaría a un baño de sangre".
En pos de ese objetivo, el presidente adelantó que se esforzará para "garantizar los derechos humanos básicos a los argentinos: a alimentarse y cuidar a los hijos y a los enfermos".
Para llevar tranquilidad a los empresarios respecto a que no tiene intereses políticos ocultos tras su llegada al gobierno, Duhalde se definió como "el presidente de la transición".
Por este motivo, reveló que la semana próxima abandonará los cargos que aún conserva en el PJ y se comprometió a dejar el país "en pie, caminando", cuando en diciembre de 2003 traspase el mando a quien resulte electo.
Duhalde también reiteró el llamado a la población para que a la hora de comprar priorice los productos argentinos, pero, paralelamente, les pidió a los empresarios que "den una mano y defendamos los artículos de primera necesidad" sin que se dispongan incrementos en los precios.
El jefe del Estado formuló estos conceptos ante un nutrido auditorio integrado por los principales empresarios y dirigentes sindicales, a los que reunió en Olivos, donde estuvo acompañado por los ministros de Economía, Jorge Remes Lenicov y de la Producción, José Ignacio de Mendiguren, entre otros.
Duhalde les reclamó a los empresarios que "den una mano en este momento muy especial", y expresó su convencimiento de que "lo que iniciamos va a ser exitoso" para el país y sus habitantes.
Poco antes, el presidente les había transmitido a los legisladores del PJ la importancia que tendrá para la Argentina una rápida aprobación de la ley ómnibus elaborada por el Ejecutivo. Y los exhortó a sancionarla este fin de semana para que el lunes puedan entrar en vigencia las nuevas medidas.
Los senadores y diputados peronistas se llevaron el borrador de la iniciativa para poder encarar el tratamiento sobre tablas contando con la información previa para sustentar la aprobación del proyecto.
Duhalde resaltó que la situación de quiebra que sufre la Argentina no es consecuencia de "una circunstancia natural o un maleficio" sino "fundamentalmente de los dirigentes políticos".
Tras asegurar que "el proceso de desnacionalización fue tremendo y tenemos que proteger lo que nos queda y empezar a cambiar el rumbo", el presidente aclaró que tiene "una fe enorme en que vamos a superar esta situación" crítica que jaquea al país.
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La Ciudad
