Año CXXXV
 Nº 49.350
Rosario,
sábado  05 de
enero de 2002
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El médico que mató al contador

El médico Eduardo Fridman, de 74 años, asesinó de un disparo a la cabeza al gerente de la Asociación Española de Socorros Mutuos, Claudio Zampol, después de que lo anoticiara de una suspensión a raíz de las quejas presentadas por una socia de la institución. Por eso fue procesado por homicidio calificado por alevosía por el juez Carlos Carbone.
Fridman tenía 25 años de trabajo en la mutual cuando el 19 de noviembre ingresó al despacho de Zampol, en la planta baja del local ubicado en Entre Ríso y Santa Fe. El contador, de 43 años, lo había citado para informarle que había sido sancionado con una suspensión de 15 días. La medida era resultado de una larga lista de quejas sin formalizar, que se concretaron cuando la socia Cecilia Monserrat presentó una nota en la que mencionaba malos tratos después de haber sido insultada por el médico al demorar en llamar un ascensor.
Después de anoticiarse de la medida, Fridman atendió en su consultorio y luego volvió a la oficina de Zampol. Le preguntó "¿Vos sos católico?" y le disparó a la cabeza con un revólver Smith y Wesson calibre 38 de su propiedad, que portaba habitualmente y al que no sacó de la bolsa de nailon en la que lo llevaba.
El médico salió caminando y anunció a las personas que estaban afuera de la oficina: "Ahora se quedaron sin gerente". Después fue a un bar cercano y pidió una gaseosa. Fue detenido en ese mismo lugar, con el arma en su poder.
Zampol fue internado en estado de coma y murió al día siguiente.
Fridman fue procesado por homicidio con alevosía por el juez Carlos Carbone, quien consideró que el médico planificó el crimen y se aprovechó de la sorpresa e indefensión del gerente.
Una junta psiquiátrica sostuvo que el médico era capaz de comprender sus actos cuando disparó contra el gerente.
La defensa de Fridman solicitó el beneficio de la prisión domiciliara, basado en que el médico tiene más de 70 años, pero el juez se lo negó argumentando que su conducta es peligrosa. En su fallo consideró que Fridman era aficionado a las armas, ya que concurría habitualmente a prácticas de tiro. También señaló que había sido procesado por matar a un ladrón en un intento de asalto, en un caso ocurrido en 1973. En esa ocasión fue sobreseído ya que el tribunal consideró que había actuado en defensa propia.


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