El secuestro y muerte del comerciante bonaerense Gabriel Pellado, ocurrido entre la noche del 16 y la mañana del 27 de agosto pasado permanece suspendido en la incógnita a pesar de que la Justicia procesó a tres hombres por el homicidio. La investigación no logró descifrar aún cual fue el motivo por el cual la víctima fue brutalmente golpeada y asesinada con un profundo corte en la garganta para luego ser arrojado a un desagüe pluvial en Villa Gobernador Gálvez. La última persona que vio a Pellado con vida fue su amigo Andrés Manresa, que cenó con él la noche de su desaparición en un restaurante de la zona norte de Rosario. El comerciante, que se encontraba en la ciudad por cuestiones de trabajo, había confirmado a su esposa que llegaría a su casa al día siguiente, pero nunca emprendió el regreso. El auto en el que circulaba Pellado, un Honda Accord, fue encontrado el mismo día de su desaparición en un sector inhóspito de Villa Gobernador Gálvez, detrás del Frigorífico Paladini. Tenía manchas de sangre y estaba semi desmantelado. A pesar de eso, la seccional 29ª demoró el encargo de las pericias y ese retraso impidió que pudieran develarse pruebas que se desvanecen pasadas las 24 horas. Doce días más tarde, el cuerpo sin vida del comerciante apareció tirado en un desagüe pluvial ubicado a metros de la autopista Rosario-Buenos Aires. Tenía tres brutales golpes en la cabeza, que le causaron la muerte, y otros en diferentes partes del cuerpo con distintos grados de evolución. Cortes en el cuello y la nuca y marcas de haber estado fuertemente atado de pies y manos. La autopsia concluyó que el hombre había sido torturado desde su desaparición hasta su muerte, entre 72 y 96 horas antes del hallazgo de su cuerpo. El arco de hipótesis que manejaron de los investigadores se basó en una posible venganza por deudas o asuntos pasionales. Más de un centenar de testigos desfilaron ante los investigadores y colaboraron a sumar fojas a los tres cuerpos que lleva el expediente judicial. El 7 de septiembre la policía apresó por el homicidio a Nicanor Pereyra y Miguel Angel Valor. Ambos fueron acusados por un el ex policía Luis Mario Morbiatto, quien declaró haberlos visto bajar a un tercer hombre a la casa de Pereyra la noche de la desaparición de Pellado. El testimonio del ex cabo de la policía se realizó directamente en Tribunales, el mismo día de la detención de los sospechosos. Las declaraciones del testigo fueron duramente cuestionadas por las defensas de los acusados, quienes pusieron en duda el testimonio del ex policía básicamente ante la falta de espontaneidad en su presentación, justamente por su formación policial y ante la vasta difusión que tuvieron la búsqueda y la investigación tras el encuentro del cadaver de Pellado. El 10 de diciembre la jueza Raquel Cosgaya procesó a los dos detenidos por el crimen junto a Diego Pastor, quien fue acusado de trasladar en un carro de su propiedad el cadáver del comerciante hasta el lugar donde fue encontrado. A pesar del procesamiento de los tres detenidos, la investigación no logró establecer cual fue el motivo del crimen.
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