El equipo económico del gobierno de Eduardo Duhalde analizaba anoche una serie de alternativas para amortiguar el costo de la devaluación entre los deudores, sin perjudicar a los bancos. La pesificación de créditos, que hasta ayer era una de las posibilidades más firmes que se barajaban, comenzó a ser sopesada junto a otras opciones como la reprogramación de los plazos de pago o un mecanismo de compensación de la tasa de interés.
"Hace unas horas que asumió el presidente Duhalde, todavía está todo en discusión", señaló a última hora uno de los colaboradores de Jorge Remes Lenicov, quien se convertirá en el nuevo ministro de Economía. Lo que sí está firme es que se derogará la ley de convertibilidad y el peso comenzará a fluctuar con el dólar en base a un tipo de cambio que fijará el Banco Central de acuerdo al nivel de divisas que ingresará al país.
Flotación sucia
Las primeras estimaciones dan cuenta de que el peso comenzaría a cotizar (a nivel oficial, ya que habrá un mercado libre de cambios) a una relación de 1,40 ó 1,50 con el dólar. Los economistas del nuevo gobierno desecharon, en principio, la posibilidad de atar el tipo de cambio a una canasta de monedas integrada por la divisa estadounidense, el real y el euro.
"El problema de la canasta de monedas es que son las otras divisas las que fijan la flotación del peso, mientras que en la opción de fijar un tipo de cambio oficial esa decisión queda en la autoridad monetaria", indicaron.
El equipo de Remes Lenicov pretende enviar el mismo fin de semana al Congreso un proyecto de ley ómnibus que contemplaría todas las medidas: desde la salida de la convertibilidad hasta la situación de los deudores en dólares, pasando por reformas en la administración pública y situación del corralito financiero.
Los arquitectos del programa económico tratan por estas horas, consultas a los abogados incluidas, de ordenar un tránsito hacia la flotación cambiaria que deje la menor cantidad de heridos posibles, tanto entre los deudores como entre los acreedores.
Si bien la pesificación de todos los pagos preserva a los deudores de la devaluación, la presión de los acreedores, sobre todo bancarios, para no absorber el costo de esa virtual quita se hizo sentir. Allí aparecieron las nuevas alternativas, como reprogramar las deudas a más largo plazo o establecer un sistema de compensación a través de la tasa de interés.
También se estudiaba la desdolarización de los contratos de alquiler y las tarifas de servicios públicos.
En cuanto a los depósitos, los hombres de Remes Lenicov están estudiando el cronograma según el cual devolverán los plazos fijos en forma escalonada (irían de 3 meses a un año, según el nivel de imposición), junto a la flexibilización de los retiros de cajas de ahorro y cuentas corrientes.
Presupuesto y FMI
Mientras deciden estos temas, los economistas vinculados al nuevo gobierno comenzaron a analizar los números del presupuesto para el año 2002, que deberá contener importantes recortes para alcanzar el equilibrio fiscal que reclaman los organismos internacionales de créditos. El ex presidente Adolfo Rodríguez Saá presentó por televisión, antes de comunicar su renuncia, un proyecto que bajaba el cálculo de los recursos a unos 38 mil millones de pesos. "Hay que hacer los números, no se puede trabajar con las cifras de un presupuesto televisivo", señalaba ayer uno de los encargados de diseñar el proyecto de cálculos y recursos.
La elaboración de un presupuesto equilibrado es una de las condiciones bases del plan sustentable que debe presentar el gobierno al FMI para obtener una ayuda crediticia que, se espera, alcance una cifra de 16 mil millones de dólares. Esta masa no sólo iría a reforzar el sistema financiero sino a respaldar las intervenciones del Central en el esquema de flotación sucia del peso.
A través de voceros de los departamentos del Tesoro y de Estado, el gobierno de Estados Unidos recomendó ayer al gobierno argentino trabajar con el Fondo Monetario Internacional en la confección del famosos "programa sustentable".
"Una vea que Argentina posea un plan y que esté trabajando con organismos financieros internacionales, nosotros daremos nuestro apoyo", señalaron. En tanto, un funcionario del gobierno canadiense señaló que el G-7, que reúne a los países más industrializados del mundo, está analizando la situación argentina aunque "no existe un anuncio inminente".
Hasta que avance la definición del nuevo plan económico, y para no despertar cacerolazos, el Fondo decidió postergar el envío de la misión que se encarga habitualmente de monitorear "el caso argentino". En este punto, el encargado de negociar la deuda pública en representación del gobierno, es una pieza clave. Anoche se barajaba la posibilidad de que Emilio Cárdenas, directivo del HSBC Roberts desplazara a Daniel Marx en la candidatura para esa tarea.
Los nombres
Respecto del resto del equipo económico, se confirmó la designación de Oscar Lamberto como secretario de Hacienda, de Juan Carlos Pezoa como secretario de Relaciones con las Provincias y de Alberto Abad como administrador federal de ingresos públicos. En la cartera de Producción, con rango de ministerio, revistará el titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren. En esa órbita quedará la Secretaría de Agricultura, para la cual se mencionan a los santafesinos Miguel Paulón y Marcelo Muniagurria. Esa dependencia fue reclamada por el gobernador Reutemann y también por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que integra el grupo productivo.
Entre las muchas incógnitas que quedaban ayer, figuraba el destino final de Rodolfo Frigeri, quien se desempeñó como secretario de Hacienda del fugaz gobierno de Adolfo Rodríguez Saá. Frigeri parecía número puesto para el Banco Nación, aunque anoche esa designación era puesta en duda.