A puro manotazo se vio ayer a las empleadas de una perfumería céntrica, que ante la mirada atónita de los clientes, despojaron a los artículos de sus viejos precios para remarcarlos con aumentos que superaron más del 40%. "Es una vergüenza", se quejó una mujer entre aromas y cremas, "por lo menos cierren el local y no hagan esto en la cara de la gente".
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