Las góndolas de supermercados y almacenes comenzarán a partir de hoy a acusar los coletazos de lo que se prevé como una devaluación inminente. Los empresarios del rubro confirmaron que las firmas proveedoras fijaron listas de precios con aumentos que van desde el 10 al 35% en distintos productos y en la mayoría de los casos estos se trasladarán a los valores finales del cliente.
A sólo dos días de que el flamante gobierno de Eduardo Duhalde lance al ruedo las nuevas medidas económicas -que por otra parte esperan ávidamente todos los argentinos- los precios de los distintos productos comenzaron una escalada ascendente que en algunos casos es justificada por la depresión que tuvieron los precios durante la recesión, pero en otros obedece a una mera estrategia especulativa por parte de las compañías que buscan cuidarse las espaldas ante un nuevo escenario monetario.
El rubro de los lácteos acusó el mayor impacto de los aumentos, especialmente los quesos que a partir de hoy costarán alrededor de un 35% más.
Así lo confirmó el gerente comercial de "La Gallega", Oscar Soda, quien precisó que las firmas Sancor e Ilolay "presentaron ayer una lista de precios con un aumento del 10% y además suspendieron las bonificaciones de entre el 20 al 25% que regían para algunos productos".
De ese modo, "es inevitable que estos aumentos, que representan más del 35%, se trasladen a los precios de góndola", explicó Soda, ya que "se trata de compras diarias que el supermercado no puede dejar de adquirir porque se desabastece y tampoco puede absorber porque representan bajos márgenes de ganancia", explicó.
La leche y los yogures sentirán menos el golpe de la suba, ya que las remarcaciones sólo alcanzarán el 10%, que es el incremento que presentan las nuevas listas de precios ofrecidas a las empresas.
"Nosotros teníamos hasta ahora una política de empresa que consistía en tratar de acomodar los pequeños aumentos para que no impacten en el precio final, pero esta actitud de los proveedores nos descoloca totalmente", aclaró Soda.
La misma situación graficó Roberto Lázzaro, titular de la cadena de súper Azul. El empresario relató que "están empezando a llegar nuevas listas de precios de a poco, pero aún no hay nada firme, sino mucha incertidumbre".
Lázzaro dio cuenta de problemas de abastecimiento en algunos productos que tienen insumos importados, como los artículos de la línea de perfumería (champú, jabones, etcétera). "Muchas compañías incluso suspendieron las facturaciones hasta la semana que viene para ver qué sucede", dijo Lázzaro.
El empresario cree que, pese a los impactos que pueda llegar a tener sobre los precios una eventual devaluación, en rigor esto no será muy alarmante ya que "los precios volverán al nivel que tenían antes de la recesión". En estos últimos años "los valores de los productos cayeron por encima del 20%", precisó Lázzaro.
Además de listas nuevas y de facturaciones suspendidas, las grandes compañías proveedoras, especialmente las nacionales y multinacionales de gran escala, optaron por retacear las ventas a algunos puntos de expendio minoristas. Ese fue el caso de firmas como Refinerías de Maíz, Molinos o Unilever, según comentó a La Capital Juan Milito, dirigente del Centro Unión Almaceneros de Rosario.
Por otra parte, un grupo de distribuidores de artículos de golosinas y alimentación se quejaron porque las empresas que representan no les abastecen de mercadería para los clientes que éstos visitan y se prevén aumentos en todos los rubros.
Milito comentó que hubo incrementos de entre el 10 y 15% en el azúcar, del 10% en el aceite y de casi el 20% en los quesos.
También destacó como un dato llamativo el crecimiento del precio de los pollos que la semana pasada trepó hasta un 30%. "Algunos proveedores aprovecharon la coyuntura de las fiestas, pero el aumento fue tan desmedido que en realidad creemos que se esconde atrás una cuestión especulativa", estimó Milito.
Por otra parte, los grandes mayoristas del rubro de la ciudad abrieron el paraguas y cambiaron las condiciones de pago de sus clientes. "Hoy sólo se aceptan pagos a siete días o contado contra entrega", comentó un empresario del rubro.
El mismo panorama y con los matices del caso, en función del tamaño de la empresa, vivieron todos los comercios minoristas de la ciudad del rubro alimenticio.
Ropa y computación
Los aumentos pegaron también en otros rubros como artículos del hogar, indumentaria, perfumería y artículos de computación entre otros. Por caso, la firma Falabella retiró la semana pasada la mayoría de los precios de sus artículos y en algunos casos particulares hubo remarcaciones superiores al 13%.
También en la firma de artículos de perfumería Gerlero, los precios de algunos artículos sufrieron remarcaciones del 30% en los últimos días. Hay también compañías de computación que mantienen sus puertas cerradas desde hace algunos días y atiende parcialmente al público pero no factura las ventas.
Aunque se trata de algunos ejemplos, se repiten por cientos en el comercio minorista rosarino y permiten dar cuenta de un fenómeno que está cobrando fuerza en la plaza local, que rememora viejas épocas, y que da lugar a muchas suspicacias.