Alejandro Cachari
A qué le tiene más miedo, a la reestructuración de la institución o al descenso?-Le tengo terror al descenso. La refundación tiene soluciones varias. Si se analizan el pasivo y las posibilidades futuras le temo a la pérdida de categoría porque el fútbol es por demás de competitivo. Ya lo viví en otra época y no quiero repetir esa experiencia. No me interesa mi posición política, sino el aporte general de todos los integrantes, de los directivos y de los que quieran serlo. Si tenemos que hacer una reunión de consenso y mostrar las transformaciones que necesita hacer Central, hay que hacerlo. Juan Carlos Campagna, el dirigente de Central en ejercicio de la presidencia, se acomoda una y mil veces en el sillón del escritorio de su oficina, apaga los celulares, respira profundo y utiliza la entrevista como diván. Es un Campagna versión 2002. Es fácil comprobarlo. -Sin reestructuración, sin refundación, ¿hay inexorablemente descenso? -Sin reestructuración y sin refundación, Rosario Central desaparece. Tenemos que ser muy claros. Esto es algo que viene de años. Los sueldos de los empleados no son nuevos, es un arrastre de conducciones anteriores que lamentablemente no se pudieron transformar por dificultades financieras. Hoy (por ayer) levantamos embargos por los que pagamos cifras siderales gracias a la industria del juicio laboral. -La escasa cantidad de directivos que está al frente de la institución no puede refundar el club. -Es evidente. Por eso quiero ser realista y sincero como siempre... -Pero ustedes necesitan compañía ya. -No hay medias tintas: o sumamos o damos un paso al costado. -Este grupo de tres que conforman usted, Mascó y Sauan, ¿baraja la posibilidad de renunciar? -No habría inconvenientes, tampoco se puede seguir en este tren. El secretario, el tesorero y yo no tenemos impedimentos en dar un paso al costado siempre y cuando exista un consenso, respeto por los avales presentados y los compromisos asumidos por esta conducción. Estaría gustoso y satisfecho de que se muestren irregularidades manifiestas porque para eso están los revisores de cuenta, el síndico y el contador que intervienen en todos los actos que realiza la mesa directiva. Lo que esté mal estará mal y el responsable pagará las consecuencias. Estoy dispuesto al diálogo con quién sea y dónde sea en pos de la solución de los problemas de Central. No tengo ataduras con nadie ni soy socio de nadie ni apadrino a nadie dentro del club. Lo único que me interesa es lo que aporto con mi trabajo y la pasión que a veces nos hace preguntarnos por qué estamos acá. A esta edad quiero vivir tranquilo y disfrutar de mi vida y de mi familia. -¿Para quién es ese mensaje? -Para todos los que quieran bien al club. -Pero sus palabras no están dedicadas a los que quieren bien a Central. -Es que hay algunas acusaciones que ya me tienen demasiado calentito. Antes había ciertas cosas que las soportaba, ahora no me las banco. -Mascó, Sauan y usted, ¿se sienten solos? -No nos sentimos, estamos solos. Lamentablemente por las ausencias de los demás somos los únicos tres que tenemos la firma del manejo de la institución. Eso hace que tengamos que estar permanentemente en contacto para que cualquier situación que deba afrontar la institución nos tenga firmes en el lugar que debemos estar. Tratamos de poner lo mejor y cumplimos tareas que no son de nuestra competencia porque, en una conducción coherente, debería ser una tarea diaria puesta sobre la mesa del que conduce.
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